

El dato de la inflación de mayo, que el INDEC informó el jueves, mostró la variación más baja en cinco años: el número perforó la barrera del 2% y se ubicó en 1,5%. Hay que remontarse a mayo de 2020 para ver un registro similar.
En paralelo, junio llegó con incrementos en las tarifas de servicios públicos, que ponen presión sobre el bolsillo de los argentinos. Entre otros rubros, el transporte público (colectivos y subtes) y nafta, lascuotas de colegios,agua y luz aplicaron subas que pueden incidir en el número de del sexto mes del año.
Sin embargo, el inicio de mes trajo buenas noticias para el oficialismo en un rubro central para la medición del INDEC. Según la medición de la consultora LCG, durante la primera semana de junio no hubo aumentos en los precios de alimentos y bebidas relevados.
El Gobierno espera llegar a las elecciones de octubre con una inflación menor al 2%. En ese sentido, los números proyectados por el mercado avalarían esa posibilidad: de acuerdo con el último REM publicado por el Central, la suba de precios ya no superará los dos puntos en lo que resta del año.
En este contexto, los especialistas de la City anticiparon cómo sigue el escenario para el sexto mes del año y qué impacto tendrá los aumentos tarifarios. ¿Habrá repunte o seguirá la senda a la baja?

Con los aumentos de junio, qué inflación esperan los especialistas
La convicción de los economistas parece ser que, a pesar del impacto de los precios regulados, se esperan para juniosenderos descendentes de inflación mensual tanto para el IPC nivel general como para el componente núcleo.
"Lo más relevante es ver cómo viene la parte de alimentos, que esta primera semana del mes tuvo aumentos bastante fuertes, pero todavía está arrancando el mes. A priori, no debería ser demasiado distinta a la de mayo", sostuvo Camilo Tiscornia, director de CyT Asesores Económicos.
Sobre la reciente suba de los servicios públicos, explicó en diálogo con El Cronista que estos rubros "no tienen un peso tan grande" en la medición general cuando su evolución es similar a la inflación promedio.
"El gran problema fue cuando, con un atraso brutal, en un mes te aumentaba un 200%. Por ejemplo, en marzo la educación aumentó 22%, eso te mete mucha inflación. Pero si aumenta entre 2 o 5%, no va a mover demasiado el índice total. Lo más relevante es la parte de alimentos y bebidas", remarcó Tiscornia.
Para Juan Luis Bour, economista jefe de la consultora FIEL, los precios regulados se ubicarán entre el "1,5 y 2%" mientras que la desaceleración de la inflación núcleo, que representa el 75% de la variación total del IPC nacional, será determinante para profundizar la baja en junio.
"Los precios estacionaleshan rebotado un poco en las primeras semanas. En cambio, los regulados se mantiene algo por debajo de 2% mientras que la inflación núcleo está mostrando una tasa bastante más baja que en el mes anterior", puntualizó.
En ese sentido, el especialista espera un aumento menor en comparación a mayo, en parte por la reducción marcada en bienes. "Probablemente se mantenga en niveles del 1.5 o 1.6%", señaló.

Los retos pendientes en 2025: los desafíos económicos que debe resolver el Gobierno
De cara a la segunda mitad del año y con la meta de llegar sin sobresaltos a las elecciones de octubre, el equipo económico seguirá apuntando al derrumbe de la inflación, la estabilidad cambiaria y el compromiso de mantener el superávit fiscal.
Como contracara, la acumulación de reservas y una actividad que no termina de repuntar son algunas de las tareas pendientes que afrontará el Gobierno en lo que queda de 2025.
En ese marco, Tiscornia mencionó al rumbo del tipo de cambio y especialmente al riesgo país como indicadores determinantes para el rumbo del país en los próximos meses. Sobre el primer pendiente, advirtió que "las elecciones siempre meten ruido" en el mercado.
"Va a coincidir con un momento en donde suele bajar la oferta de dólares del campo, estamos en un momento de menor ingreso. Eso le puede meter presión al tipo de cambio. Y este combo está relacionado con la evolución de las reservas", opinó.
"También hay que prestarle atención a la actividad económica", añadió el analista, recordando que el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de marzo "fue malo". Al respecto, consideró que será "importante" no entrar en "un periodo de estancamiento y de caída".
"Hay indicadores como la construcción en mayo que dieron bastante mal por una caída mensual muy grande, pero después de tener una suba muy grande en abril. Es difícil tener una idea clara de lo que pasa ahí, obviamente que el Gobierno ahí tiene que monitorear", añadió.
Sobre qué puede pasar con el dólar y la inflación, Bour afirmó que ambos indicadores "son resultantes de los equilibrios y eventuales desequilibrios en distintos mercados".
"Seguramente el Gobierno va a tratar de prestarle atención a la inflación y a que el dólar no suba. Por eso va a sostener la estrategia de dejar de lado la preocupación por las reservas, si se cumple o no el compromiso de generar reservas netas positivas", planteó.
Además, indicó que la actividad va a mostrar alguna recuperación, pero aclaró que "es bastante débil, bastante esparcida entre distintos sectores". "Se venden más autos y más hipotecas, pero no hay que confundir eso con un contexto de crecimiento y de consumo. Son indicadores positivos, pero que pueden responder a ciclos de corto plazo", aseveró.
Por último, aseguró que para el Gobierno es clave seguir convenciendo al mercado "de que estamos en nuevo régimen económico".
"(Decirles que) no es un régimen de corto plazo, sino uno que llegó para quedarse con el sendero de equilibrio fiscal bien comprometido y profundas reformas para que la economía retome el crecimiento", cerró.














