Desazón, tristeza. El tono con el que hoy Emanuel Álvarez Agis contestó las preguntas de Reynaldo Sietecase en Radio con Vos fue inusual. Aunque suele expresarse de forma coloquial, esta vez sus respuestas estuvieron teñidas de un tinte emotivo, lejos de cualquier asepsia técnica, al punto tal de que confesó que se encontraba "shockeado" y que las novedades económicas del país lo "deprimían".
El economista y exviceministro de Axel Kicillof habló apenas una hora después de que el Gobierno anunciara que suspendería las retenciones a las exportaciones de granos hasta el 31 de octubre, con el objetivo de "generar mayor oferta de dólares" en medio de la inestabilidad cambiaria. La medida coincidió con la confirmación del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, de que Washington apoyaría a la Argentina a través del Fondo de Estabilización Cambiaria.
Álvarez Agis fue categórico: "Estamos yendo un poco más abajo que el fondo del tacho, vamos a rascar". Cuestionó que el presidente Javier Milei, "que dice que no hay plata y corta los recursos para los discapacitados, baje las retenciones para generar un poquito de oferta de dólares en el mercado hasta la elección". A su juicio, la Argentina "se deteriora un poquito más cada vez".
Sobre la eventual ayuda de Estados Unidos, advirtió: "Descansar en este fondo de estabilización de monedas que tiene Estados Unidos es una situación insólita". Recordó que las condicionalidades de ese tipo de respaldo podían incluir desde garantías sobre exportaciones de empresas estatales hasta concesiones geopolíticas. "Me sorprende francamente la audacia del gobierno de Milei y también la pasividad de la oposición política", señaló.
El economista fue más allá y trazó paralelos históricos: "Argentina usó ese fondo 9 veces entre 1959 y 1995. Siempre se devolvió con garantías reales. En el caso de México, en 1995, se aseguró con exportaciones de Pemex. No es un chiste lo que puede venir a colación".
Al analizar la rebaja temporal de retenciones, la calificó como "parte del mismo problema" y criticó la práctica de modificar la estructura tributaria por apenas 40 días para ganar tiempo electoral. "Hoy te juro que me levanté casi deprimido por lo que le estamos diciendo al mundo como país", dijo, en uno de los pasajes más personales de la entrevista. Y agregó: "Cambiar la estructura tributaria de un sector por 40 días para ganar una elección superó un límite".
El director de la consultora PxQ consideró que el Gobierno busca apenas "no llegar tan mal como estaba el viernes" y cuestionó el cortoplacismo de las medidas. "Habla muy mal de nosotros como país este tipo de cuestiones", afirmó.
Consciente del impacto político, Álvarez Agis reclamó consensos más amplios: "Decisiones tan onerosas, tan de largo plazo y tan complicadas para el país tomadas por un Gobierno que tambalea, no es un combo sano". Y advirtió que lo que está en juego no es solo un problema de consistencia macroeconómica, sino "una discusión de modelo de país".
Cerca del cierre, volvió a subrayar su estado anímico: "Estoy entre shockeado por la noticia y shockeado porque mis colegas no están shockeados por la noticia". En tono irónico, evocó a Arturo Jauretche: "Por ahí la semana que viene en el Movistar Arena se cante ‘Colonia sí, patria no'".
El diagnóstico del exviceministro fue contundente: un presidente que "pone arriba una elección de medio término respecto del futuro de décadas del país" incurre, a su juicio, en "una irresponsabilidad supina".
En ese marco, Álvarez Agis insistió en que la política económica no podía desligarse del contexto internacional. "No hace falta ser conspiranoico para pensar que si un país te presta plata, te puede pedir un trato preferencial", dijo, aludiendo a eventuales exigencias en materia de inversiones estratégicas o de alineamiento geopolítico. "Estados Unidos tiene intereses claros en litio, en tierras raras y en el sector energético, no sería extraño que pidiera contraprestaciones en esos campos", advirtió.
También señaló la contradicción que, a su juicio, encierra la estrategia oficial. "Un presidente que se presenta como el adalid del ajuste fiscal está hipotecando recursos futuros para sostener artificialmente el valor del dólar en la previa electoral", explicó. Para él, esta dinámica de corto plazo recuerda a otros momentos críticos de la historia argentina: "Ya vimos este tipo de medidas con el dólar soja, con los planes platita; es la misma lógica, solo que cada vez nos deja más debilitados".
En relación con el impacto social, remarcó que las decisiones no se distribuyen de manera neutral. "Ajustar en discapacitados o en hospitales y a la vez bajar retenciones para un sector específico es un mensaje político y económico demoledor", subrayó. "Estamos diciendo que los más vulnerables tienen que pagar el costo, mientras se aliviana la carga de quienes concentran la capacidad de liquidar divisas".
Al mismo tiempo, lamentó la falta de reacción de la dirigencia política y de parte del establishment económico. "Me sorprende que mis colegas no estén shockeados", reiteró. Según su visión, existe una naturalización de medidas que en otro contexto habrían generado un amplio rechazo. "Esto no es solo un desajuste macro, es un cambio profundo en las reglas de juego que condicionará a la Argentina por décadas", enfatizó.
Por último, Álvarez Agis volvió a mostrarse pesimista sobre el rumbo inmediato. "Si los fondos que se negocian alcanzan para cubrir vencimientos de 2026, será apenas un respiro de corto plazo", sostuvo. Pero alertó: "Cuando ese dinero se acabe, vamos a tener las dos deudas: la vieja y la nueva. Y entonces el margen de maniobra será todavía más estrecho".