Alfonso Severo, el testigo en la causa del crimen del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, fue trasladado a la Fiscalía para prestar declaración sobre lo que le ocurrió durante las 24 horas que estuvo desaparecido.
Al salir a las 8 de su domicilio, custodiado por personal de la Policía Bonaerense, Severo llegó a decir en medio de un tumulto de periodistas, camarógrafos y fotógrafos que no sabían quienes eran los responsables de su supuesto secuestro.
Severo, que ratificó que declarará en el juicio que se le sigue a dirigentes de la Unión Ferroviaria por la muerte de Ferreyra en octubre de 2010, apareció anoche en la localidad de Gerli, con sus manos atadas con precintos, descalzo y con signos de haber sido golpeado.