En el marco de la ronda de diálogo que mantiene con referentes de sectores sindicales oficialistas como opositores, el candidato presidencial del FPV, Daniel Scioli, se reunió ayer con la cúpula de la CTA disidente, que lidera Pablo Micheli, ante la que se comprometió a dar respuesta a los reclamos de la entidad para "normalizar" la situación de los cerca de 70.000 empleados que componen la planta de contratados de la administración pública nacional. Así lo transmitió el propio Micheli al término del encuentro, que definió como "ameno y cordial" y en el que según indicó se abordó desde el reclamo sindical por la rebaja de la carga del impuesto a las Ganancias hasta la preocupación por el deterioro salarial y la persistencia de altos niveles de informalidad laboral.
El sindicalista destacó el gesto de Scioli de recibir a la central pese a su enfrentamiento con la administración kirchnerista y aseguró que el gobernador les anticipó que, en caso de resultar electo, está "dispuesto" a discutir la situación de la planta de contratados estatales en el marco de "un espacio institucional" en el que participen los gremios. "Nos pareció un compromiso importante ya que se trata de un claro problema de decisión política solucionarlo. El (por Scioli) lo garantizó y yo no tengo motivos para no creerle", subrayó Micheli en diálogo con El Cronista.
Para reforzar la preocupación por el empleo estatal, el titular de la CTA Autónoma asistió al encuentro con el candidato oficialista en compañía del dirigente Hugo Godoy, secretario general de ATE, gremio que ayer mismo concretó un paro nacional con movilización en el centro porteño para exigir el pase a planta permanente del personal contratado de la administración pública nacional. "ATE tiene propuestas para normalizar la precarización laboral en el Estado y Scioli planteó que está dispuesto a discutir el tema en un espacio institucional", agregó el sindicalista.
Por otra parte, Micheli señaló que en el encuentro también renovaron los pedidos por la reformulación del impuesto a las Ganancias, medidas contra la informalidad laboral y la necesidad de incrementar el salario mínimo, vital y móvil, actualmente fijado en $ 5588.
La charla del gobernador con la conducción de la CTA opositora, que se extendió por casi una hora en la sede porteña del Banco Provincia, forma parte de la serie de conversaciones que lleva adelante con representantes de diversas vertientes sindicales para exponer sus propuestas de gobierno y escuchar los reclamos del sector. Esas gestiones le permitieron al candidato oficialista sumar adhesiones a su campaña tanto entre la primera línea de la CGT oficial, que lidera Antonio Caló, como entre los gremios moyanistas y los poderosos sindicatos del transporte, enfrentados abiertamente al kirchnerismo.
En la central oficialista el futuro vínculo con un eventual gobierno sciolista ya abrió una profunda disputa. Mientras Caló pretende hegemonizar la relación con Scioli, los dirigentes de los sectores de "independientes" y "gordos" reclaman ampliar el diálogo con la futura gestión a una "mesa sindical" a la que esperan incorporar al moyanismo si avanza el proceso de reunificación de la central obrera.