A pedido de las cámaras empresarias del sector, la Secretaría de Trabajo de la Nación dictó la Conciliación Obligatoria en el marco de la huelga nacional anunciada por los trabajadores aceiteros. La medida, que regirá por 15 días hábiles, suspende el paro que debía comenzar a las 6:00 de este miércoles 8 de octubre en todas las plantas aceiteras del país.
La decisión fue comunicada en respuesta al plan de lucha anunciado por la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de San Lorenzo, tras el fracaso de las negociaciones paritarias con las cámaras patronales.
"Era medio cantado, no se iban a arriesgar a llegar a las elecciones con un paro en marcha", confió a El Cronista una fuente gremial.
La Secretaría fijó además una audiencia para el martes 14 de octubre, con el objetivo de retomar el diálogo y buscar un entendimiento que destrabe el conflicto salarial.
El reclamo de ambas organizaciones gremiales se basa en el derecho a un Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) definido en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y en el artículo 116 de la Ley de Contrato de Trabajo. Según los cálculos realizados sobre la base de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) del INDEC, el salario mínimo que asegure las nueve necesidades básicas -alimentación, vivienda, educación, vestuario, salud, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión- debería ubicarse en $2.344.728 mensuales para septiembre de 2025.
Los sindicatos llamaron al paro al denunciar que la oferta de las cámaras patronales fue "insuficiente y provocadora", especialmente considerando que el sector "acaba de recibir un beneficio extraordinario de 1.540 millones de dólares" tras la reducción de retenciones a las exportaciones dispuesta por el Gobierno Nacional.
"Frente a esa apropiación de renta extraordinaria, la respuesta patronal resulta vergonzosa", expresaron en un comunicado, antes de la conciliación. También señalaron que el costo laboral se redujo durante 2024 -entre 1,7% y 2,4%, según la empresa-, por lo que un aumento salarial no tendría impacto significativo en los costos del sector.
La huelga buscaba, según los dirigentes, "reafirmar la defensa del salario mínimo vital y móvil" y oponerse a una política salarial "que pretende condenarnos a la pobreza, favoreciendo sólo a los grandes grupos económicos".
La huelga se inscribe en una larga tradición de lucha salarial del sector aceitero, que en abril de este año logró un acuerdo paritario récord: el salario básico inicial se fijó en $1.770.174, con aumentos escalonados que alcanzaron el 20% en julio. Ese entendimiento rompió el techo salarial que el Gobierno intentaba imponer y se convirtió en referencia para otros gremios.
Además, el acuerdo incluyó una cláusula de revisión para septiembre, que es justamente el mes en que se abrió la nueva negociación que hoy está empantanada.
Pese a la suspensión momentánea del paro, la FTCIODyARA y el SOEA anunciaron que mantendrán su reclamo y que seguirán "defendiendo el derecho de todas las trabajadoras y trabajadores aceiteros al salario mínimo vital y móvil según su definición constitucional y legal".
Quiénes son los aceiteros y por qué su estrategia sindical es singular
La Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines (FTCIODyARA) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo conforman uno de los espacios gremiales más combativos y organizados del país. Su estrategia sindical se distingue por una defensa férrea del Salario Mínimo, Vital y Móvil en su definición constitucional, y por una metodología de negociación que prioriza la unidad de acción, la movilización y la presión directa sobre las patronales.
A diferencia de otros gremios, los aceiteros no aceptan techos salariales impuestos por el Gobierno. En los últimos años, lograron acuerdos paritarios que superaron ampliamente la inflación y rompieron el molde de las negociaciones tradicionales. En 2024, por ejemplo, alcanzaron un aumento acumulado del 122% y un salario básico inicial superior a $1.500.000
Crítica a la CGT y articulación alternativa
Los aceiteros mantienen una postura crítica frente a la conducción de la CGT, a la que acusan de tibieza y vacilación ante las políticas del Gobierno nacional. En ese marco, son impulsores de espacios gremiales alternativos, como la Mesa Sindical, que busca articular un polo de representación más combativo y autónomo.
Este agrupamiento no solo desafía la estrategia de diálogo moderado de la central obrera, sino que también plantea una agenda propia, centrada en la redistribución de la renta, la defensa de los convenios colectivos y la recuperación del poder adquisitivo. La articulación con otros gremios de base y la construcción de alianzas sectoriales son parte de su hoja de ruta para disputar poder dentro del movimiento obrero.
Un modelo sindical con impacto real
La eficacia de su modelo se refleja en los resultados: bonos extraordinarios, cláusulas de revisión frecuentes, participación en las ganancias y paritarias que se negocian con datos técnicos y estudios propios. Además, su capacidad de paralizar puertos y plantas cerealeras les otorga un poder de fuego que excede su tamaño relativo dentro del mapa sindical argentino.