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"Somos soldados, estamos donde nos pidan" contestó Mauricio Macri cuando El Cronista le preguntó por qué no entraba a la Facultad de Derecho de la UBA con Patricia Bullrich. El equipo de campaña de su candidata armó una previa en el Hotel Palladio con los dirigentes más importantes del espacio, mientras aprovechó las 20 invitaciones que le correspondían en el debate entre los que trabajan con ella en el día a día de la campaña.

Así, la foto se la tomó con Macri, Néstor Grindetti, Carlos Melconián, Claudio Poggi, Jorge Macri, Gerardo Morales, Gustavo Valdes y Marcelo Orrego, además del candidato a Vicepresidente, Luis Petri. Mientras tanto, en el lugar del debate la esperaron Laura Alonso, Sabrina Ajmechet, Martín Yeza, Silvina Giudici, Silvina Martínez, Hernán Lombardi, Diego Santilli, Maximiliano Ferraro, Karina Banfi, Julio Garro, Cristian Ritondo, Juan Pablo Arenaza y Damián Arabia, entre otros.

En un café cercano a la Facultad, grupos de militantes de Juntos por el Cambio siguieron el debate a través de grandes televisores.

Macri y Bullrich venían de un desencuentro, porque a la candidata no le pareció correcto que exprese que Juntos por el Cambio debería respaldar las "reformas racionales" en caso de que Javier Milei gane la Presidencia. Al otro día la llamó por lo menos dos veces hasta que logró hablar con ella para pedirle que no crea en quienes le "llenan la cabeza".

A pesar de eso, el bullrichismo consideró que la presencia de Macri entre los invitados limitaría el protagonismo de Patricia, lo que Macri aceptó mansamente, evitando cualquier discusión que lo ponga en el lugar de quien cuestiona su liderazgo.


Macri, ni tan lejos ni tan cerca

El expresidente bajó del avión desde los Estados Unidos y viendo el ruido que provocaba su frase en la escuela de política de la Harvard University si se la leía cortada y sin contexto -inmediatamente dijo que estaba seguro de que Bullrich sería la ganadora de la elección-, se dedicó a llamar a varios periodistas.

Les pidió que "no crean en esas operaciones, yo le mandé un mensaje por whatsapp a Milei la noche de las PASO y después me inventaron reuniones con él, conversaciones con su hermana, envío de empresarios amigos para ayudarlo". "Si vos ves, todo se mostró falso", le explicó a la conductora de un programa de televisión.

Lo curioso es que también tomó distancia de Jaime Durán Barba y hasta pidió "no escucharlo más, trabaja para el enemigo". Algunos de los candidatos más cercanos a él salieron a discutirle al consultor estrella del macrismo hasta 2019, cuando Macri se distanció de él por no haberle anticipado la derrota que tendría en las PASO. Trascendió, incluso, que "nunca más quiso atenderle el teléfono".

Más allá de estas tensiones que se viven en el espacio, que incluyen el muy bajo perfil de Horacio Rodríguez Larreta cuando él mismo esperaba otra cosa, tal vez participar de alguna foto, y la sorpresiva presencia de Martín Lousteau, los dirigentes de la coalición opositora no ocultaron su satisfacción por la perfomance de Bullrich.

El mismo Lousteau lo expresó en X: "Muy buen debate de @PatoBullrich: mostró fortaleza y carácter. Fue ella. Y expuso las contradicciones de las dos caras del populismo, la de Milei y la de Massa". En igual sentido se expresaron dirigentes como Rogelio Frigerio y Miguel Angel Pichetto, por nombrar solo un par más de dirigentes que no siempre tuvieron buen vínculo con la exministra.

En la semana, y tal como se lo pidió Bullrich, el expresidente tiene previsto hacer campaña por la candidata por un distrito de la Provincia de Buenos Aires acompañado por Néstor Grindetti y por Santa Fe, en una gira que le preparó el presidente en ejercicio del PRO, el diputado Federico Angelini, uno de los dirigentes del interior con quien Macri tiene mejor vínculo.

En igual línea, el miércoles, partirá desde Santa Fe a Misiones de la mano de Humberto Schiavoni, actualmente senador, extitular del PRO que en su momento le dio la idea de ofrecerle la presidencia del partido a Bullrich, cuando nadie quería quedarse con la herramienta electoral de la derrota del 2019.

Después, esperará que lo convoquen a alguna otra tarea, a sabiendas de que en el bullrichismo no lo quieren lejos, para que se crea que está con Milei, ni demasiado cerca, para que no crea que él manejará su Presidencia. "No es fácil lo de Mauricio", dice y repite un viejo amigo. Y concluye: "tampoco lo de Patricia, pero aquí vamos".