"Espero mandarla esta semana". Si bien fue más una expresión de deseo la de Alberto Fernández sobre el futuro de la anunciada reforma judicial, en una respuesta ante Página 12 el domingo, la maquinaria oficialista comenzó a moverse para su anuncio en los próximos días. Incluso en la Casa Rosada de deslizó que podría ser el viernes. Desde la Quinta de Olivos, al menos ayer, negaban cualquier fecha.
Eso fue antes del doble récord de casos positivos de coronavirus, con 117 fallecidos. En un despacho oficial están atentos a los partes del Ministerio de Salud: si la agenda Covid-19 vuelve a instalarse, opinaron, el Gobierno tendrá poco margen para plantear otros temas que no sean parte del combo pandémico.
Cerca de Sergio Massa, titular de la Cámara de Diputados, tampoco tienen hasta ahora la cabeza puesta en la postergada reforma judicial: la negociación que le lleva todo el tiempo al tigrense es por la reestructuración de la deuda y la moratoria para todos que quiere llevar al recinto la semana próxima.
El volumen político del esquema jurídico que propone el Presidente, en un área sensible para la guerra del cristinismo justamente con los juzgados federales de Comodoro Py, tampoco permite que el anuncio se quede nomás en el envío de un proyecto, para cumplir su promesa del 1M, y que luego el texto duerma en un cajón.
"Es una ley muy ambiciosa que implica reconstruir el fuero federal y además avanzar en el traspaso de la Justicia ordinaria a la Justicia de la Ciudad que es algo que está pendiente", resumió Fernández el fin de semana. Como ya se contó, la norma fue ideada por el mandatario, el Secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz y la ministra de Justicia Marcela Losardo, bajo la lupa de la secretaria de Legal y Técnica Vilma Ibarra. Salvo algún cambio introducido por el kirchnerismo, la propuesta avanzaría con la fusión de los 12 juzgados federales con 11 del fuero Penal Económico, y una suba que llevaría a un total de 46.
Para cambios fuera de Comodoro Py, el texto propondría la creación de una comisión que debata otras cuestiones, como el número de integrantes de la Corte Suprema, algo que el propio Jefe de Estado ya opinó que no hay que modificar. Sin embargo, en un principio estaba en contra del juicio por jurados y ahora no lo descarta. Uno de los abogados de la vicepresidenta, Carlos Beraldi suena como posible integrante, lo que ya generó polémica de antemano. En la Rosada prometen compensar con un casting "plural".