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A la espera de los dólares del campo, los últimos días estuvieron marcados por las fuertes lluvias, más abundantes que lo habitual, y sostenidas a lo largo de la semana. Si bien es conocido el efecto que tuvieron sobre los centros urbanos, ¿cómo impactan en la cosecha las precipitaciones y cuándo llegará la liquidación?

Según el relevamiento publicado por la Bolsa de Cereales Córdoba, las precipitaciones durante la primera quincena de marzo registraron hasta 161 milímetros en algunas regiones de la provincia. En el caso de las mediciones del Departamento de Estimaciones Agrícolas de Bolsa de Cereales de Buenos Aires, las precipitaciones hasta el 20 de marzo alcanzaron un acumulado de 300 milímetros.

Las lluvias llegaron antes de que comenzara la etapa fuerte de la comercialización de la soja, que tiene su pico entre abril y mayo. La expectativa para las precipitaciones de la primera quincena del mes se concentró en que podrían beneficiar los cultivos estivales tardíos ya que se encuentran en la etapa de llenado de grano.

Desde el equipo de Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, destacaron que "localidades como Bigand y Santa Teresa, ambas en Santa Fe, ya han registrado más de 300 milímetros de precipitaciones en lo que va de marzo, un volumen que, sin duda, impacta en el desarrollo de los cultivos, especialmente en lotes de soja que hoy se encuentran encharcados".

Cómo impacta en la cosecha

Si bien la lluvia permitió mejorar el estado de humedad de los suelos, que cargaban con los efectos de la ola de calor de principio de año, y las expectativas para la próxima campaña fina, en otros casos esperan que posponga la cosecha.

"En algunas zonas de la provincia de Entre Ríos, se han reportado excesos hídricos producto de la baja infiltración de los suelos en esa zona y la intensidad de las precipitaciones acumuladas. Estas lluvias comienzan a mejorar las expectativas para la próxima campaña fina 2024/25 que necesita del aporte de las lluvias de fines de verano y principios del otoño para asegurar una correcta implantación", señalan desde el organismo de Buenos Aires.

En el sentido contrario, las lluvias frenaron la cosecha del maíz y el girasol, mientras que el comienzo de la de soja se verá empujada en la región centro. Además anticipan, en el caso del girasol, posibles pérdidas por los vuelcos ocasionados por los fuertes vientos.

"En relación con los lotes sembrados con maíz temprano que estaban próximos a cosecharse, demorarán una semana más dependiendo de las condiciones ambientales post lluvias, para alcanzar la humedad óptima de cosecha, sin implicancias en su rendimiento potencial", agregó el ente bonaerense.

El aporte hídrico en los lotes de maíz tardío y de segunda, como con soja de segunda ocupaciónmejoraron su condición, que estaba afectada por la falta de lluvias, pero en el caso del maíz tardío, cerca del 20% de lo sembrado en la zona núcleo ya había sido afectado por la ola de calor.

El maíz, beneficiado para el llenado de los granos con la lluvia

La caída de granizo en algunas regiones de la provincia de Buenos Aires y del sur de Córdoba anticipan pérdidas que restan ser estimadas.

Según el equipo de GEA de Rosario, "aún es temprano para determinar el alcance del daño que estas lluvias podrían haber causado en los cultivos" aunque destacan que "es evidente que los anegamientos presentan un desafío adicional". Habrá que esperar a que el agua baje para evaluar con mayor precisión las pérdidas.

Respecto de los granos, señalan: "Un aspecto preocupante es el atraso en la cosecha de los maíces, ya que la alta humedad y la inestabilidad climática retrasan la disminución de la humedad en los granos. Este contratiempo afecta no solo el calendario de cosecha sino también la calidad y la eficiencia de la recolección".

En el caso de la soja de primera, proyectan que el beneficio de estas precipitaciones es limitado dada la fase del ciclo en la que se encuentra el grano, aunque anticipan que algunos lotes podrían estar más atrasados. Si mantienen sus expectativas sobre a soja de segunda y los maíces tardíos, que podrían verse favorecidos por la lluvia siempre que no los afecte el exceso de humedad.

Sin embargo, las expectativas de la central rosarina en el rinde nacional se mantienen en torno de las 50 millones de toneladas para la soja.

El efecto de los precios

Según el relevamiento de la Bolsa de Cereales de Córdoba, la comercialización de granos todavía se ubica por debajo del promedio, explicada principalmente por los bajos precios. Es que en el caso de la soja, la cotización de la posición de mayo de este año paso de estar en u$s 350 la tonelada en noviembre del año pasado, a los u$s 290 en la actualidad.

En el caso del maíz temprano, pasó de u$s 200 la tonelada en octubre a u$s 170 en la actualidad, mientras que en el maíz tardío el precio se contrajo en u$s 25. El trigo marcó la única excepción al comercializarse con precios establecidos.

La liquidación se espera que se incremente a raíz de la menor brecha del dólar, aunque desde la central cordobesa señalan que aún no se percibe esa dinámica ya que "podría indicar que algunos actores esperen un posible salto cambiario adicional al observado el 12 de diciembre del año anterior". Otra posibilidad que contemplan es que los productores esperen una paulatina disminución de los derechos de exportación.

Hasta la primera mitad de marzo, se había comercializado hasta el 18% de la producción de soja esperada. La expectativa está orientada a que el volumen comercializado aumente en las próximas semanas a raíz de la necesidad de los productores de saldar deudas, tanto para producir como surgidas de posponer deudas motivadas por la mala campaña anterior.

El maíz mostró un ritmo más regular de ventas y comercializó ya 12,7 millones de toneladas, el 22% de la producción esperada, mientras que para el trigo ya se vendió el 53% del total estimado a nivel nacional.