Los últimos días de noviembre son particularmente calientes para una política bonaerense que, por estas horas, deshoja la margarita y espera para saber si mañana, en una sesión maratónica, se podrán aprobar tres leyes centrales para la administración de Axel Kicillof.
En juego están el Presupuesto, la “Fiscal-impositiva”, y la habilitación del financiamiento externo, una toma de deuda de casi 3 mil millones de dólares que el gobierno provincial prevé utilizar, en gran medida, para afrontar los pagos de la deuda tomada por la exmandataria María Eugenia Vidal y, además, para afrontar los requerimientos de políticas sociales cada vez más acuciantes en el golpeado conurbano.
La semana pasada, la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputado dio dictamen a la mal llamada Ley de Leyes y a la Fiscal, dos normas que propios y extraños, oficialistas y opositores, creen necesario aprobar después de dos años de intentos malogrados.
La presión para los legisladores no sólo llega desde el Ejecutivo: sectores empresarios piden la aprobación para tener previsibilidad respecto, por ejemplo, de las alícuotas de impuestos y tasas.
Sin embargo, la misma Comisión dilató para hoy a las 19 el tratamiento del proyecto de endeudamiento, aquel que muchos señalan como el talón de Aquiles de este paquete legislativo. El año pasado, ante el mismo temario, todo quedó en la nada, en medio de acusaciones cruzadas sobre de quién era la responsabilidad por el naufragio.
Para aprobar esa iniciativa, Kicillof, primero tendrá que conseguir hoy el despacho. Mañana, el oficialismo -que ni siquiera cuenta con quorum propio en ninguna de las cámaras- deberá conseguir, en dos sesiones consecutivas, los muy esquivos dos tercios parlamentarios.
Cerca del gobernador se esperanzan en que mañana por la noche se hayan aprobado las tres iniciativas, pero algunos prefieren temer y creen que la oposición tensionará para llevarse más rédito del convite: puestos en organismos o fondos para los intendentes.
“Mañana deberían aprobarse los tres proyectos enviados por el Ejecutivo. El gobierno bonaerense tomó el compromiso de oficializar los cargos que siempre ocupa la oposición y respecto de los intendentes, garantizarles el 8% del total de endeudamiento requerido y un tercio de eso se efectiviza más allá del ritmo en que pueda colocarse la deuda para que los municipios puedan planificar. Esta propuesta supera a todos los fondos que se hayan entregado en los años anteriores”, señalaron fuentes del oficialismo.
El endeudamiento planteado se traduce en dos partidas, una por U$S 1.045 millones y otra por U$S 1.990.
Mientras la rosca encuentra su punto más álgido, algunos opositores afirman que “el paquete no está cerrado” y que el Ejecutivo podría verse obligado a dividir el temario, aprobando mañana Presupuesto y Fiscal-Impositiva.
En ese mismo sentido, decenas de organizaciones sociales y sindicales insistieron sobre la necesidad de aprobación de las normas. Buena parte de lo que pueda otorgarse en materia paritaria y para planes sociales de todo tipo dependen de lo que suceda mañana en la legislatura.
Dejar para más adelante el endeudamiento es algo que no se quiere ni mencionar cerca de Kicillof. El recambio parlamentario el 10 de diciembre podría complejizar aún más el tratamiento de cualquiera e las iniciativas.