El ministro de Economía, Martín Guzmán, volvió a insistir que el Gobierno tiene la intención de llegar a un acuerdo con los bonistas, pero reconoció que “claramente, todavía hay un camino importante por recorrer ".
"Argentina está en este proceso de reestructuración de la deuda porque no tiene capacidad de pago. Y Argentina va a trabajar hasta conseguir el acuerdo , sostuvo Guzmán en una entrevista con el diario El País de España para dejar en claro una vez más que el gobierno de Alberto Fernández no quiere el default.
En ese sentido, también dijo que "ha mejorado el diálogo". "Después hay que ver a qué velocidad se desarrolla, pero hoy el diálogo está yendo por donde queremos que vaya", precisó el economista.
"Queremos convertir a la Argentina en un buen deudor que pueda hacer frente a sus compromisos. Y hay múltiples combinaciones de los parámetros de una oferta que son consistentes con la idea de lo que llamamos restaurar la sostenibilidad", remarcó.
Sobre el período de gracia de 3 años que la Argentina planteó, Guzmán no descartó seguir conversando sobre este punto con los inversionistas: "Hubo mucha discusión al respecto, ese era un parámetro crítico para nuestros acreedores. El análisis de sostenibilidad de la deuda del FMI sugería un periodo de gracia de cinco años, en las negociaciones propusimos cuatro y dada la importancia de ese parámetro bajamos a tres años. Es un proceso que sigue".
De todos modos, aclaró que aún "no han hecho una contrapropuesta" y que lo que Argentina plateó "es una oferta" pero que se puede retocar siempre y cuando siga siendo sustentable en el tiempo: "Lo fundamental es que el acuerdo sea sostenible. Queremos convertir a Argentina en un buen deudor que pueda hacer frente a sus compromisos. Y hay múltiples combinaciones de los parámetros de una oferta que son consistentes con la idea de lo que llamamos restaurar la sostenibilidad", insistió.
Consultado sobre la extensión del canje al 22 de mayo: "Argentina hizo su oferta luego de lo que fue un proceso de diálogo y estos días tratamos de profundizar el entendimiento. El coronavirus afectó toda la logística. Es muy distinto cuando el diálogo entre los acreedores y el gobierno se realiza por videoconferencia. El hecho de no estar en persona condiciona el proceso".
En tanto al hacer referencia al plan económico que sectores de la oposición viene reclamando, explicó: "Lo hemos presentado y es público. Hace unas semanas conversaba con un gran exministro de Economía argentino y me contaba que a él le pasaba lo mismo cuando participó en un proceso de reestructuración de la deuda. Le decían: 'No hay plan'. Y me avisó: 'Te van a decir que no hay plan mientras no sea el plan que quieren ellos'".
Por otro lado, también se le preguntó sobre la "maquinita" del Banco Central: "En Argentina, como el objetivo fue priorizar la salud ante la pandemia, decidimos restringir fuertemente la circulación de personas. La cuarentena afectó mucho la actividad económica y tiene un costo fiscal importante, en un contexto en el que Argentina carece de acceso al crédito internacional. Con el país saliendo de la cuarentena se crea la necesidad de esterilizar parte de la creación de dinero. Eso ya está ocurriendo. De hecho, Argentina está entrando en una dinámica positiva en el desarrollo de un mercado de deuda pública en pesos que en diciembre estaba cerrado".
Las declaraciones de Guzmán se conocieron en el día en que una nueva reunión del G20 se llevó a cabo, en la que la Argentina participó desde el área de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería.
En ese encuentro, el secretario Jorge Neme destacó que el Gobierno pretende normalizar la situación de la deuda y planteó que el país recibió el apoyo del FMI para avanzar en su reestructuración. "Estamos ansiosos por normalizar nuestra economía y cumplir con nuestros compromisos de manera sostenible al tiempo que protegemos nuestro tejido social y productivo", indicó.
"El propio organismo internacional considera que la deuda, en las condiciones actuales no es sostenible. Esperamos recibir este mismo tipo de entendimiento de los acreedores", añadió en la Segunda Reunión Ministerial Extraordinaria de Comercio e Inversiones del G20.
La deuda en juego en esta reestructuración, en la que se buscará evitar caer en el noveno default de la historia argentina, suma unos u$s 66.500 millones: del stock total, es la que corresponde al sector privado y, de ese universo, a los tenedores de bonos bajo legislación extranjera.