"Hasta cinco puntos lo salimos a festejar como una victoria", confesó uno de los coordinadores territoriales de La Libertad Avanza en la previa de las elecciones legislativas en la Provincia de Buenos Aires. Al final, el resultado fue mucho más determinante: con el 98% escrutado, Fuerza Patria se impuso por 14 puntos de diferencia, 47,2% contra 33,7%, casi el triple de la brecha que pronosticaban en la gestión de Javier Milei.
Así y todo, no todo es color de rosas para el peronismo, que también tiene un mensaje para leer en las urnas para no dejarse eclipsar por la victoria. El desenlace de esta elección consagra la apuesta del gobernador Axel Kicillof hacia adentro y hacia afuera de Fuerza Patria pero no disipa por completo las dudas sobre cómo seguirá esa interna.
En el cierre de campaña en Moreno, el presidente Javier Milei había prometido que iban a pintar el mapa bonaerense de violeta, aunque dentro de LLA pocos lo veían factible. Durante las últimas tres semanas, y en particular en la víspera de los comicios, quienes caminaban el territorio de las ocho secciones ya reconocían fuera de los micrófonos que perdían la Provincia. Nadie esperaba -o deslizaba- que por semejante diferencia.
"Es una paliza", dejaban entrever los voceros habituales del peronismo pasadas las 18. El clima en un extremo de La Plata y en el centro de cómputos en Monte Grande era la contracara del silencio y las ausencias que reinaban en el salón Vonharv, donde las cámaras tenían el acceso vedado.
La elección de Buenos Aires, desdoblada por primera vez desde 1951, ponía en juego 46 diputados y 23 senadores provinciales, además de concejales municipales y consejeros escolares. Pero en el peronismo se vivía como una presidencial: acostumbrado a perder en cada elección de mitad de mandato desde 2005, la victoria -y abultada como se presentaba- era un desahogo que siembra expectativas rumbo a octubre.
Aquellos comicios, como todos los que siguieron, fueron de tenor nacional: confluyeron las estrategias de intendentes, gobernadores -salvo en 2017- y la dirigencia nacional. La boleta era única y extensa, pero en esta elección, por primera vez en 80 años, encabezaban los legisladores provinciales. Queda la incógnita de si en octubre los jefes comunales jugarán con la misma fidelidad, dejando a un lado las internas que los marginaron de esas listas.
"Protagonizaron una elección histórica. A los intendentes e intendentas del peronismo que defendieron la Provincia y a nuestra gente, muchas gracias", arrancó su discurso Axel Kicillof al tomar el micrófono. Luego tuvo palabras para Sergio Massa y Cristina Kirchner, quienes "permitieron forjar una sola boleta de Fuerza Patria", y saludó a los candidatos que competirán el 26 de octubre.
"Desdoblamos, tuvimos unas elecciones transparentes sin una denuncia", remarcó el gobernador. La victoria lo catapulta a Kicillof como figura de alcance nacional con una doble victoria: sobre Milei, que lo eligió como rival, y sobre Cristina y Máximo Kirchner, que depositaron en él toda la responsabilidad, insistiendo en que adelantar el llamado a las urnas era un error.
En la victoria de Fuerza Patria todos dijeron presente sobre el escenario, dejando en pausa los ruidos internos que se disimularon -aunque nunca se apagaron del todo- durante la campaña. Hasta Cristina Kirchner, que más temprano había salido a celebrar al balcón de San José, participó con un mensaje grabado. La expresidenta siguió la jornada junto a Máximo Kirchner desde su lugar de detención. Massa compartió un abrazo y el escenario.
Pese a todo, la consultora Ad Hoc marcaba anoche un dato clave para que una lectura triunfalista no eclipse el desafío que tiene por delante el peronismo. En cantidad de votos, el peronismo se mantuvo en niveles similares a su piso electoral: con el 86,35% de las mesas escrutadas, Fuerza Patria obtenía 3.382.153 votos, contra los 3.565.149 del Frente de Todos en 2021 y los 3.428.735 de Unidad Ciudadana en 2017.
Elecciones Provincia de Buenos Aires: cómo impactan en La Libertad Avanza
Del otro lado de la grieta nacional, en LLA no avistaban una victoria pero tampoco un cachetazo semejante. Sus mejores pronósticos, en las horas finales, se ubicaban en la Quinta y la Sexta Sección,tal como anticipó El Cronista temprano el domingo. Al final, el violeta solo alcanzó para cubrir parte del centro y el sur de la Provincia, con gran extensión territorial pero apenas un 12% de la población.
Cuando se mira el mapa por municipios, el celeste peronista predomina sobre las tres cuartas partes del mapa, 99 de 135 municipios.
En la Quinta Sección, LLA se impuso por cinco puntos, con el intendente de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro, como cabeza de lista para el Senado. Luego de votar, insistió en que su intención es asumir. Nada aclaró respecto a si podría resignar su escaño por un lugar en el gabinete, siendo uno de los favoritos para el inevitable recambio que algunos piden acelerar.
Quizás para dar un mensaje de unidad, después de tanta especulación sobre el día después y el impacto del resultado en los mercados, el Presidente eligió subirse al escenario platense con su equipo actual. Lo hizo para ratificar el rumbo: "No se retrocede ni un milímetro en la política de gobierno. El rumbo no solo se confirma sino que lo vamos a acelerar y profundizar más", remarcó.
Paradójicamente, en la Sexta Sección con epicentro en Bahía Blanca fue donde obtuvieron la mayor diferencia: siete puntos. Y en la ciudad donde Milei negó primero la ayuda nacional y luego vetó la declaración de emergencia, consiguió 16 puntos de ventaja. Durante la campaña, algunos de sus delegados locales le habían aconsejado no descender hasta allí por el rechazo al veto, que al final no pareció gravitar.
Las otras seis secciones electorales quedaron en celeste, color de Fuerza Patria, incluyendo la Capital (Octava) y la Primera Sección, donde Gabriel Katopodis se impuso a la lista de Diego Valenzuela por 11 puntos, quizás una de las mayores sorpresas de la noche.En la Tercera, histórico bastión peronista, el oficialismo provincial obtuvo la mayor distancia: 25 puntos.
Hacia adentro quedará pendiente una profunda autocrítica respecto a la estrategia escogida y sus responsables. Juntos por el Cambio no sumó a nivel provincial el caudal esperado a LLA, sino que su voto se dividió en algunas secciones hacia terceras fuerzas -en la Segunda los hermanos Passaglia consiguieron el 24%- y el ausentismo, apenas unos puntos por arriba del promedio para este tipo de elecciones.
Si bien la comparación correcta es con la legislativa de 2021, en aquella elección LLA no compitió en suelo bonaerense sino que el espacio liberal-libertario estuvo representado, a nivel nacional y local, por José Luis Espert y Avanza Libertad, con mucha menor competitividad. Dos años después, el mismo espectro se encolumnó detrás de Milei y su siglas.
En esas elecciones ejecutivas -que históricamente traccionan más votos-, Juntos por el Cambio terminó segundo con 2,5 millones de votos, detrás de Unión por la Patria (4,3 millones). LLA sumó, en soledad, 2,3 millones. Este domingo, el total de la alianza LLA-PRO solo concentró 2,7 millones.
Con el resultado puesto, varios gobernadores del nuevo frente de Provincias Unidas se plegaron al juego frustrado de LLA de nacionalizar la elección. El cordobés Martín Llaryora y el santafesino Maximiliano Pullaro tomaron partido de cara al 26 de octubre: "La gente no quiere más gritos, quiere hechos. Los argentinos queremos crecer y desarrollarnos con seguridad y en paz".
El resultado en Provincia marca la cuenta regresiva hasta el 26 de octubre, cuando vuelva a plebiscitarse la gestión de Milei frente a todo el mapa de la Argentina.