El recuerdo de Néstor Carlos Kirchner quizás logre en las filas del oficialismo lo que la memoria de Juan Domingo Perón, hace escasos diez días, no logró. Ante la inminencia de un nuevo aniversario de la muerte del expresidente santacruceño, el Frente de Todos se apresta a realizar una movilización y acto en homenaje al legado del que fuera jefe político del presidente, Alberto Fernández, y esposo de la vicepresidenta, Cristina Fernández.
La convocatoria para recordar a Kirchner a once años de su partida busca sanar las heridas todavía abiertas de la derrota apabullante que sufrió el frente en las elecciones primarias, calmar los ánimos entre las tribus que viven en tensión constante por el rumbo del Gobierno, y dar una señal de unidad de cara al electorado, tras días aciagos en los que una vez más quedó en claro el carácter atomizado del poder y las disidencias que plasmó la decisión de avanzar con un congelamiento de precios, solo días después de que el propio Fernández declarara en un almuerzo con un importante grupo de empresarios que no avanzaría por ese camino.
También, luego de marchas contrapuestas por el Día de la Lealtad, con personajes del "ala dura" que cargaron abiertamente contra el primer mandatario.
Los organizadores del acto previsto para el miércoles acentuaron en las horas previas que esperan la participación de todos los socios políticos de la coalición. descuentan la asistencia del Jefe de Estado, del presidente de la Cámara de Diputados; SergioMassa; del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y de la vicepresidenta, claro, Cristina Fernández. Tal cosa sería una anomalía, dada la reserva con la que la viuda de Kirchner suele vivir cada año esta jornada. La diferencia, esta vez, es que su hijo Máximo es el principal organizador de la actividad.
El miércoles 27 también se cumplirán dos años del triunfo electoral que colocó al binomio Fernández al frente del Poder Ejecutivo Nacional. No será una fecha más, ya que permitirá al Presidente insistir con su mensaje hacia la propia tropa: que los casi dos años transcurridos desde que llegó a la Casa Rosada fueron de grandes dificultades, por la deuda contraída por la gestión anterior y por la irrupción de la pandemia de coronavirus, pero que ahora sí dará cumplimiento al mandato con el que la mayoría del pueblo lo ungió en aquella elección.
Pese a los esfuerzos por ensayar la unidad, las tensiones siguen a flor de piel. El primer homenaje a Kirchner vino de parte de su hijo, Máximo, quien desde Lanús dejó entrever este fin de semana en público su molestia con el lugar que otros socios del espacio quieren darle a su agrupación, La Cámpora. Kirchner hijo interpeló a los dirigentes "con responsabilidad institucionales" a "no tener miedo" y recurrir a su militancia, de ser necesario, "para ir para adelante".
Ese mensaje repicó particularmente en oídos del Presidente y de Kicillof, que luego de la derrota de septiembre sacrificó posiciones claves de su gabinete y las cedió a los intendentes.