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El texto final de la reforma laboral está bajo siete llaves, revisado en estos días por la Secretaría de Legal y Técnica dentro de Casa Rosada. Se basa en aportes que hicieron el ministro de Economía, Luis Caputo, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y los miembros del Consejo de Mayo. Sin embargo, el ministro del Interior, Diego Santilli, reveló que hay un convenio que siguió de cerca el Gobierno para establecer las nuevas leyes laborales.

Se trata del modelo de los petroleros, según reveló Santilli esta semana durante su visita al gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa. De esta manera, para obtener una pista sobre la reforma laboral hay que leer la firma de la adenda de los convenios colectivos petroleros y jerárquicos para la explotación no convencional en la cuenca neuquina. Allí se habla de productividad y eficiencia operativa, jornadas de hasta 12 horas, limitación del derecho a huelga y la capacitación en nuevas tecnologías.

La formación neuquina y sus acuerdos especiales

El convenio fue firmado el 31 de enero de 2017 bajo la presidencia de Mauricio Macri. Lleva las firmas del ex secretario del Sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, Guillermo Pereyra. Además, por el exgobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, y por el lado empresario, por el expresidente de YPF, Miguel Ángel Gutiérrez, y los directores de Pan American Energy, Marcos Bulgheroni, y de Total Austral, Jean-Marc Hosanski.

La inspiración

Según reveló Caputo, las propuestas que le sumó Economía al proyecto de ley son más bien impositivas, con bajas en las cargas patronales, reducción de Ganancias para personas humanas y un régimen para nuevos empleos. Por su parte, Sturzenegger llevó ideas más vinculadas con los convenios, de las cuales varias se observan en el caso de los petroleros.

Por un lado, Sturzenegger hace referencia a que las negociaciones tienen que ser por empresa, por región o por sector, y no a nivel nacional, como puede ser lo que se discuta en el gremio de Comercio. Eso ocurre en el caso petrolero, con prioridad de este convenio específico: todo lo que se negocia en el sindicato aplica para Vaca Muerta, en la producción no convencional de las provincias de Río Negro, Neuquén y La Pampa. Lo que se discuta en las cuencas tradicionales de Chubut o Santa Cruz es aparte.

Otro punto que le interesa al Gobierno es el de la productividad, eficiencia y flexibilización de la jornada laboral, tal como se establecía en el capítulo laboral del DNU 70 que fue judicializado. En el convenio petrolero están todos esos puntos. En el artículo 14 establece que el personal puede prestar servicio en una jornada de hasta 12 horas, pero en un diagrama de trabajo de 2x1 (dos días de trabajo por uno de descanso). Además, la adenda de 2017 derogó esquemas de pago por tiempo de traslado, las llamadas “horas taxi”.

El convenio menciona específicamente la productividad: “Las partes firmantes del convenio de Vaca Muerta ratifican su compromiso con el desarrollo de la actividad hidrocarburífera no convencional con un nivel de eficiencia y productividad”. Además, en el artículo 12 hace referencia a que las dotaciones tienen que ser las necesarias para permitir una “operación más eficiente”. En el punto 9, que las partes se comprometen a “revisar las estructuras y dotaciones de personal”. Además, se permiten los “turnos rotativos”, de acuerdo con ciertas condiciones. En el artículo 11 se establece un plan de capacitación anual que deben proveer las empresas.

Entre los primeros párrafos de la adenda firmada en el Gobierno de Macri se establece el objetivo final: “las características particulares de la actividad” implican que se requiere de “altos niveles de eficiencia”, por lo cual “surge la necesidad de establecer pautas específicas que se diferencien de las demás regulaciones oportunamente pactadas”. En el artículo 2 se establecía que los no convencionales estaban aún en una etapa de desarrollo que requería altos niveles de inversión.

Otro de los puntos judicializados en el DNU 70 y que le interesa al Gobierno volver a poner sobre la mesa es el del derecho a huelga. En el convenio petrolero se establece, en su artículo 4, que en caso de conflictos debe haber una “permanencia de dotaciones mínimas” para evitar la interrupción de la producción de hidrocarburos.

En 2017 la producción de petróleo era de menos de 480.000 barriles por día en todo el país, una caída que la asemejaba con los niveles producidos en 1979. En estos días se conocerá la producción petrolera de 2025, que marcará el récord histórico, superando el nivel de 1998, cuando había sido de 847.000 barriles por día. De todos modos, los empresarios petroleros más importantes del país, como Miguel Galuccio, dueño de Vista, y Horacio Marín, CEO de YPF, hablan de que los costos están 30% por encima de los de Estados Unidos. Pese a la adenda de 2017, las compañías ven desafíos laborales y tributarios.