En esta noticia
El próximo 10 de diciembre se cumplirá la mitad del mandato de Javier Milei, quien llegará a esa instancia en un escenario casi inmejorable tras los dos fuertes espaldarazos que recibió en octubre: el de las urnas y el de Donald Trump.
Tras confirmar el swap con Estados Unidos y recuperarse notablemente en las legislativas del revés electoral que sufrió en PBA, todo parece indicar que el Presidente cerrará el año sin sobresaltos, con un dólar estable y la inflación cercana al 2%.
Para el 2026, en el Ejecutivo prometen ser más agresivos y aprovechar el terreno ganado en el Congreso para impulsar grandes reformas estructurales. Además, con la baja del riesgo país, esperan volver a ser atractivos para los inversores extranjeros.
En lo que respecta al tipo de cambio, el Gobierno niega terminantemente una devaluación y, según declaraciones del propio Milei, esperan que para agosto la inflación sea del 0%.
Pero, más allá de lo que aspiran en Balcarce 50, distintas consultoras ya comenzaron a publicar sus proyecciones para el año entrante.
Esto reúne el último informe de LatinFocus, al que tuvo acceso El Cronista, con las perspectivas de más de 30 de ellas.
Allí, los especialistas analizaron qué puede suceder con el crecimiento económico, el dólar y la variación de precios minoristas en el tercer año de mandato libertario. ¿Acelera la recuperación o vuelve el estancamiento?
Qué va a pasar con la economía, el dólar y la inflación en 2026, según las consultoras más escuchadas
El consenso de analistas reunido por LatinFocus anticipa un escenario de desaceleración para la economía local durante el próximo año, tras un 2025 marcado por la volatilidad cambiaria y la incertidumbre política.
Las más de treinta consultoras relevadas por la firma coinciden en que el PBI crecerá 2,9% en 2026, una revisión a la baja respecto a proyecciones anteriores que refleja el deterioro de los indicadores recientes.
El tercer trimestre de 2025 habría cerrado con una nueva contracción económica, la segunda consecutiva, producto de una combinación de factores adversos. El alza en las tasas de interés, la depreciación del peso, la desaceleración del crecimiento salarial y el clima de incertidumbre previo a las legislativas de octubre terminaron pesando más que las expectativas de recuperación. A esto se sumó la persistencia del ajuste fiscal que caracterizó la gestión de Javier Milei desde su llegada al poder.
Sin embargo, las consultoras anticipan que el último trimestre del año mostraría un rebote. La victoria del oficialismo en las elecciones mejoró el ánimo de los inversores y abrió la puerta a un nuevo ciclo político. El respaldo financiero de Estados Unidos, que incluyó una línea de swap por USD 20.000 millones, actuó como soporte para el peso en momentos críticos y permitió contener la sangría de reservas.
El foco de Milei para 2026 estará puesto en conformar una coalición parlamentaria capaz de avanzar con reformas estructurales de fondo. Entre las prioridades figuran la simplificación del sistema tributario y la flexibilización del mercado laboral, dos banderas históricas del liberalismo económico que el Presidente buscará concretar ahora que cuenta con mayor respaldo legislativo.
Las revisiones a la baja en las proyecciones de crecimiento se explican por la debilidad de los datos económicos recientes y la turbulencia cambiaria que precedió a los comicios. Para 2027, los analistas proyectan un avance del 3%, aunque advierten que el desempeño dependerá en gran medida del éxito de Milei en implementar las reformas prometidas. Un fracaso en ese terreno podría derivar en una nueva corrida contra el peso, advierten.
En el frente inflacionario, las noticias son relativamente más alentadoras. En septiembre, los precios al consumidor subieron 31,8% interanual, moderándose desde el 33,6% de agosto. Se trata del decimoséptimo mes consecutivo de desaceleración inflacionaria, una tendencia que las consultoras esperan que continúe en los próximos trimestres gracias a la disciplina fiscal, la mayor competencia en los mercados y la flexibilización de las restricciones a las importaciones.
Para 2026, el consenso ubica la inflación en 24,3% promedio anual, con una leve revisión al alza de 0,7 puntos porcentuales respecto al mes anterior. La proyección para 2027 es más optimista: 15% promedio. No obstante, los analistas advierten que una transición hacia un régimen de tipo de cambio completamente flotante representaría un riesgo al alza para estos números.
El sector industrial, por su parte, atraviesa un momento particularmente delicado. En agosto, la producción fabril cayó 4,4% interanual, acelerando la contracción respecto al 0,9% de julio. Los rubros más golpeados fueron maquinaria y equipos, con una caída del 8,9%, y metales básicos, que retrocedieron 4,3%. La actividad automotriz también sufrió, con una baja del 6,2%, aunque algo menor a la del mes previo.
La actividad económica general mostró signos de enfriamiento en agosto, con un crecimiento de apenas 2,4% interanual, por debajo del 3,1% de julio. Los sectores agropecuario, manufacturero y de la construcción registraron desaceleraciones, mientras que transporte, comunicaciones y hotelería mostraron mejoras marginales. En términos desestacionalizados, la economía creció 0,3% respecto a julio, cortando una racha de tres meses consecutivos de caídas.
Las tasas de interés de mercado se dispararon desde junio y se mantienen volátiles, reflejando los vaivenes del sentimiento inversor hacia los activos argentinos. El consenso anticipa que las tasas comenzarán a descender hacia fin de 2026, a medida que la inflación retroceda y mejore la confianza tras el triunfo electoral de Milei. La tasa badlar se ubicaría en 20,38% al cierre de 2026 y en 14,35% para fines de 2027.
El tipo de cambio continúa siendo una de las principales preocupaciones del mercado. El peso cerró octubre en $1.447 por dólar en el mercado oficial, con una depreciación mensual del 5,1%. La brecha con el dólar paralelo prácticamente desapareció, cotizando este último en $1.445. Las consultoras proyectan que el peso terminará 2026 en $1.774,2 por dólar y 2027 en $1.983,8, lo que implica una depreciación gradual pero sostenida.
En el frente externo, el superávit comercial se redujo en septiembre a USD 900 millones, desde los USD 1.400 millones del mes anterior. Las exportaciones crecieron 16,9% interanual, impulsadas por el agro y los combustibles, mientras que las importaciones avanzaron 20,7%. Para 2026, los analistas esperan un saldo comercial positivo de USD 9.200 millones, apenas por debajo de los USD 9.800 millones proyectados para 2027, en un contexto donde tanto exportaciones como importaciones mostrarán crecimientos moderados.