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Con un Ministerio de Salud que está bajo fuego por la muerte de 97 personas por haber sido suministradas con fentanilo contaminado, Mario Lugones no frena el ahorro y la desregulación. En este sentido, el gobierno nacional anunció que dejará de aplicar gratuitamente la vacuna de la fiebre amarilla en todo el país, limitándose a zonas endémicas únicamente, y quienes viajen deberán también comprarla si quieren protegerse. Por qué es importante la aplicación de la vacuna gratuita según los expertos.

"La salud pública debe proteger a quienes más lo necesitan, no ser un subsidio a quienes viajan al exterior", remarcaron desde la cartera de Salud

El ministerio a cargo de Mario Lugones atribuyó la decisión a la "política de eficientización de los recursos" del Gobierno a través de "reducir en un 34% la cantidad de unidades a comprar". Eso se traduce, según lo detallado por escrito, en "un ahorro de US$ 697.566.

Por tanto, el Ministerio de Salud solo aplicará la vacuna contra la fiebre amarilla de manera gratuita en las zonas endémicas del país.

De esta manera, quienes viajen al exterior por turismo tendrán que vacunarse en los centros privados habilitados pagando por la misma.

"Esta medida busca garantizar un uso responsable y eficiente de los recursos públicos, priorizando las necesidades sanitarias reales de la población argentina", dijeron desde el gobierno nacional.

Para Lugones, los recursos que existen se orientan hacia una mejor atención a los pacientes, la mejora de las instalaciones y una remuneración más justa para el personal de salud.

Por qué es necesaria la vacuna

La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite a través de mosquitos, como el Aedes aegypti. Puede ser grave y mortal, en adultos mayores y niños como grupos de riesgos. Aún no hay tratamiento específico para la fiebre amarilla, sólo se puede prevenir con la vacuna.

Según contó el infectólogo Hugo Pizzi a El Cronista, las provincias que tienen el desafío de la fiebre amarilla en nuestro país están en la zona noeroeste. Salta, Jujuy, Tucumán, Misiones, Corrientes y Formosa.

Pero, también advirtió que con el calentamiento global la difusión de los mosquitos llegó a todas las zonas del país. Además, advirtió que la razón por la que se vacuna a los viajeros no es para que no se enfermen en el país al que vayan, sino para que no vuelvan con la enfermedad a la Argentina.

"Es un problema de ahorro, yo no lo encuentro explicación, estamos acostumbrados desde la infectología de recomendar a partir de que edad se puede vacunar", afirmó el médico con sorpresa.

En este sentido Pizzi aseguró que "es una de las vacunas más antiguas que tienen la medicina, es fácil de fabricar y es una de las más accesibles". En nuestro país la vacuna la fabrica el Instituto Malbrán, también desfinanciado por este gobierno.

"Ahorro de 600 mil dólares, es una pérdida para el país, puede venir un viajero enfermo a Buenos Aires y transmitir la enfermedad a través del mismo mosquito que hoy transmite el dengue", explicó el médico infectólogo a El Cronista.

Pizzi recordó que Buenos Aires ya sufrió una epidemia de fiebre amarilla, previa a la invención de la vacuna, que derivó en la muerte de 27 mil personas y la creación del cementerio de la Chacarita.

"No creo a esta altura de la medicina que nos suceda. Pero es una vacuna barata y debería seguir siendo gratuita", cerró el médico.

El Cronista consultó con la cartera de Mario Lugones si no les preocupaba la posibilidad de infecciones de fiebre amarilla por viajeros, consideraron que como hay países que exigen el certificado para entrar los turistas se la darán igualmente.

Sin embargo, hay países vecinos, como Paraguay, donde la enfermedad es endémica y no exigen el certificado de vacunación para entrar. Además de otras regiones turísticas en África y el resto de Sudamérica, o el turismo interno dentro de la propia Argentina.