Mariano Cúneo Libarona está a pocos días de desembarcar en Sarmiento 329, lugar donde se ubica la actual sede del Ministerio de Justicia. El titular designado para esa cartera trabaja desde su departamento, a 15 minutos de su nuevo lugar de trabajo y posterga las videollamadas con asesores para asistir a reuniones de gabinete o para presentarse ante actores del Poder Judicial, tal y como lo hizo días atrás con la Corte Suprema, con fiscales e integrantes del Ministerio Público Fiscal, por decir algunos.
El abogado penalista, catapultado a la fama durante la década de los 90 por su defensa en casos conocidísimos, fue el designado para diseñar el plan de reforma judicial de Milei, elaborado en colaboración de sus colegas en el rubro, que no revela sus nombres. Tampoco elucubra con revelar en público a quienes postulará para la Corte Suprema, para la Procuración y para diferentes ámbitos de la gestión. El único de sus colaboradores ya conocidos es Diego Guerendiain, su eventual jefe de gabinete.
Entrevistado por El Cronista, Cúneo Libarona destacó que buscará una agilización de los tiempos judiciales, a la vez que tratará de impostar una suerte de "despolitización" de la Justicia, el cual, idealmente, dice que podría conseguirse con nombramientos a funcionarios "idóneos" y con una autarquía total del Poder Judicial.
En el plan de gobierno presentado por Javier Milei meses atrás, hay varios de los aspectos de la reforma de la Justicia que se decidieron adelantar. Además de otros puntos ya mencionados, está el establecimiento del juicio por jurados. "Es algo que ya está en la Constitución de 1853 y 1860 inspirada en Alberdi. Es una deuda histórica", indicó a este medio.
Hasta el momento, son pocas las provincias que lo regulan. Una de ellas es la provincia de Buenos Aires, adonde está previsto para casos que puedan tener una condena mayor a 15 años, aunque el acusado puede rechazarlo. En tanto, no rige para el ámbito de los delitos federales. "Hay que hacerlo nacional, tiene que ser en todos los lugares, no gradual, como se ha hecho con el código procesal, tiene que haber tribunales por jurado", marca.
"Yo te lo hago corta, yo lo propuse con Carlos Menem cuando tenía 30 años. Teníamos la ley para hacer el juicio oral y no teníamos los medios. Y yo le dije en ese momento al entonces presidente 'si esperás a tener los medios, no sale más'. Yo tengo que tener la ley... y a los pasillos, a las salas de audiencia. Nosotros vamos a romper puertas para que salga", agregó.
Entre las proposiciones de Cúneo Libarona está la finalización establecimientos carcelarios que aún siguen en construcción, como Coronda y Marcos Paz, con la posibilidad de hacer otros nuevos. Según la Comisión por la Memoria, la población carcelaria orilla las 100.000 personas, un número que rebalsa las capacidades del sistema a nivel nacional y genera sobrepoblación, con condiciones de hacinamiento y falta de acceso de derechos básicos de salud e higiene.
Si bien indica que todavía están estudiando el tema, reveló que se evalúa la concesión del manejo de varias cárceles a "empresas nacionales o internacionales" mediante un esquema de participación con el Estado, los primeros mediante la administración "de la comida, la vestimenta, la luz y el buen servicio; pero el Estado el control de los presos".
"No es sencillo el tema delegación de facultades disciplinarias por parte del Estado. En ese aspecto serían una especie de 'socios del Estado'. En la seguridad no puede ser socio. Y el servicio tiene que ser del particular", ahondó, aunque remarca que no sería una de las medidas que se implementarían de manera inmediata: "Todavía tengo mucho por solucionar de las cárceles nacionales. Coronda, Chaco, Mercedes; la de Marcos Paz está con un nivel de sobrepoblación total también".
El futuro ministro de Justicia también fue consultado acerca de si se planea un cambio en la edad de imputabilidad en menores. "Eso está en estudio", afirma. Según puntualizó, hay 32 proyectos que fueron presentados en el Congreso últimamente que ya fueron pedidos por sus asesores para su evaluación.
"Me pedí los estudios comparativos. Algo delicadísimo. Me pedí también un estudio de los institutos carcelarios de menores, porque tampoco te sirve, que yo lo viví en mi época de tribunales, mandar un menor a un instituto de menores que tenía capacidad para 200 personas y había 350", explica.
"No es sólo bajar la edad. El menor que comete delitos, en muchísimos casos, es alguien que no tuvo oportunidades en la vida. El delito se focaliza en dos grandes aspectos, la pobreza y la falta de trabajo. Esas son las causas que crean el delito. A un menor que lo mandás a un instituto no tiene resocialización. Es facilísimo eso que los políticos dicen 'bajemos la imputabilidad', porque es mucho más complejo el tema", concluyó.