Las bandas entre las que flota el dólar están en la mira desde antes de las elecciones bonaerenses, pero se precipitó su escrutinio tras la derrota por casi 14 puntos que vivió el oficialismo. El Gobierno y el FMI ratifican el rumbo económico y el esquema cambiario, mientras crecen las dudas sobre la sostenibilidad de ese modelo, ya no solo después de octubre, sino que incluso antes. El cuestionamiento se centraba en que el techo era limitado y facilitaba a la demanda de dólares que no tenían la oferta suficiente, en especial después del fin de la liquidación de la cosecha. A modo de ejemplo, las bandas que se habían implementado durante el Gobierno de Mauricio Macri tenían un piso (a tipo de cambio actual) de $1600 y un techo arriba de los $2100. El techo actual ronda los $1470. Es por esto que ya antes del resultado electoral se planteara la necesidad de revisar el esquema. Los comicios bonaerenses aceleraron las críticas. "El mercado anticipaba que las bandas tenían altas chances de abandonarse después de la elección del 26 de octubre. A partir del resultado en PBA de ayer, esa expectativa se acelerará y la pregunta será si el sistema de bandas puede abandonarse antes de la elección de octubre", sostuvo Equilibra, la consultora de Martín Rapetti, horas después de que se conocieran los resultados. Además, advirtió que se entraba en una fase de intensificación de la crisis cambiaria que, sin cambios, haría perder al Banco Central, mientras que descartó la posibilidad de introducir un cepo nuevamente, algo que también barajaron otras consultoras. Algunos, sin embargo, consideran que no es viable una reforma inmediata. Juan Pablo Ronderos, socio de MAP, subrayó que el Gobierno ratificó el rumbo y que las presiones sobre el tipo de cambio en los primeros días tras la derrota fueron menores a las esperadas, "con lo cual pareciera que no va a ser una decisión del Gobierno tocar el esquema". Así y todo, no descarta que se complique más hacia octubre y que el mercado "acabe con el sistema de bandas". Después de octubre, agregó, "hay que redefinir los lineamientos del plan y el esquema no seguiría". Una modificación del esquema implicaría un aval del Fondo Monetario Internacional (FMI). "Cualquier viabilidad depende de volver a acordarlo con el Fondo porque las bandas quedaron demasiado bajas, con la apuesta a que se apreciara el tipo de cambio, que era poco sustentable", agregó Martín Kalos, director de Epyca Consultores. El desafío y lo que tensiona el esquema es que no quedan herramientas sin haber sido utilizadas. "Si toca el techo, no tenes dólares para sostenerlo al menos hasta después de las elecciones. Ya se usa el dólar futuro, la suba de tasas y de los encajes, y aún así está cerca del techo". Ronderos consideró que uno de los efectos de reformular el programa económico, ya sin las bandas, permitiría que en el mediano plazo se de una recuperación de la actividad, aunque claramente sin efecto inmediato. Es que la posibilidad de que el dólar llegue a un mayor valor aliviaría la demanda y permitiría que, por un lado, la tasa de interés en pesos retroceda, y por el otro permitiría que se recorte la obligatoriedad de los encajes, hoy en el 50% y que deben cumplirse de manera diaria. Ambas cosas devolverían liquidez a la economía y el abaratamiento del crédito además podría impulsar a algunos sectores que se vieron afectados por la tasa. "Entre dos a seis meses podría recuperar la actividad, pero no vemos que se dé antes de los dos meses. La recuperación la vamos a estar viendo hacia fines del primer trimestre del año que viene o el segundo", subrayó Ronderos. Uno de los mecanismos que ayudaría a mejorar la sustentabilidad del programa sería una reforma integral que, además de un tipo de cambio de equilibrio más alto que el actual, pero que implicaría un mayor margen de uso para las otras herramientas (futuros, tasas y encajes), agregó Kalos. Un factor adicional que podría darse es que el cambio de esquema permitiría avanzar en la acumulación de reservas. Lo cierto es que tanto el presidente Javier Milei como el FMI respaldaron el esquema actual acordado en abril pasado."El personal del FMI está estrechamente involucrado con las autoridades argentinas mientras implementan su programa para consolidar la estabilidad y mejorar las perspectivas de crecimiento del país. Apoyamos su compromiso para garantizar la sostenibilidad del marco cambiario y monetario del programa, así como su continua adhesión al ancla fiscal y a la agenda integral de desregulación", dijo la vocera del FMI, Julie Kozack, en sus redes sociales.