Consciente de su caída en las encuestas, y a fin de no contabilizar como propias las derrotas (el efecto "La Pampa"), el presidente Mauricio Macri se fue corriendo de las campañas provinciales.
Macri desistió de ir en rescate de su candidato en Neuquén, Horacio "Pechi Quiroga", en la previa a las elecciones del 10 de marzo, que ganó el actual mandatario, Omar Gutiérrez. De igual modo, omitió apoyo explícito al precandidato a gobernador de San Juan, Marcelo Orrego, que el domingo perdió ampliamente las primarias contra el gobernador Sergio Uñac.
El presidente tampoco intervino en la pelea en Río Negro, adonde fue el 3 de enero para inaugurar un gasoducto cordillerano junto al gobernador Alberto Weretilneck. Allí, Cambiemos optó por una dupla femenina (Lorena Matzen - Flavia Boschi) y bajó de la carrera al diputado Sergio Wisky de cara al comicio del 7 de abril.
En Córdoba, donde Cambiemos se fracturó por pujas intestinas, Macri viajó la semana pasada al Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) y evitó apoyar a Mario Negri, su ungido. "Me tengo que mantener al margen", dijo, en referencia a la puja con el también radical Ramón Mestre. Allí se vota el 12 de mayo y el gobernador peronista Juan Schiaretti corre con ventaja.
También en Jujuy, donde gobierna el candidato amigo Gerardo Morales, la gestión nacional tiene tan baja aprobación que el mandatario radical se vio "obligado" a desdoblar los comicios.