

En la última semana se registraron múltiples ataques a comercios en distintos puntos del país, incluyendo las provincias de Mendoza, Córdoba, Neuquén y el Gran Buenos Aires. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, confirmó que solo en su distrito, hubo más de 94 personas detenidas, y su ministro de Seguridad, Sergio Berni, habló de "más de 150 intentos de saqueo" controlados por las fuerzas de seguridad provinciales.
En respuesta a lo ocurrido, el candidato presidencial Javier Milei hizo una fuerte comparativa, vinculando los saqueos con los ocurridos durante la crisis de 2001. "Es trágico volver a ver luego de 20 años las mismas imágenes de saqueos que veíamos en el 2001. Pobreza y saqueos son dos caras de la misma moneda", escribió en un posteo de Twitter.
Milei, que utiliza el "que se vayan todos" que marcó la crisis del 2001 como una frase de campaña, trae la memoria de ese convulsionado momento constantemente en su discurso, haciendo un paralelismo con la situación actual del país. Pero, más allá de algunas similitudes en las dificultades económicas, ¿Cuáles son las diferencias clave de la actualidad con la crisis de 2001?

Según números del INDEC, en 2001 la tasa de desempleo fue del 18,3%. En 2023, acorde a la Encuesta Permanente de Hogares del mismo instituto, publicada en junio de este año, la tasa de desempleo es del 6,9%. Aunque tuvo un ligero aumento desde el 6,3% medido en 2022, sigue siendo una de las tasas de desempleo más bajas de los últimos 30 años.
Otra diferencia clave es que en la actualidad Argentina transita una crisis inflacionaria, mientras que en 2001 regía la ley de Convertibilidad, que fijaba el peso argentino al valor del dólar estadounidense, evitando aumentos en los precios de los bienes vinculados al descenso en el valor de la moneda.

Aunque la inflación no era un factor de la crisis, uno de los problemas macroeconómicos fue que el país tenía una moneda con valor elevado en términos internacionales que, luego de la devaluación del real brasileño, generó una asimetría monetaria con el país vecino y dejo a la Argentina en una situación poco competitiva en los mercados internacionales.
Hoy, por el contrario, el valor del peso es constantemente descendiente, y los precios están bajos a nivel internacional. Las dos situaciones son negativas, pero tienen causas y consecuencias distintas.
Otro de los factores que hace disímil a la situación social presente con la que se dio en 2001 es la presencia de los planes sociales y la ayuda estatal. De hecho, el desarrollo de estos planes puede ser visto justamente como una reacción de la política a la crisis social de 2001.
Según un estudio del Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), al inicio del gobierno de Alberto Fernández los recipientes de alguna ayuda social del estado constituían el 43,8% de la población. Al cierre de 2022, ese número había ascendido al 51,7%.

La existencia de estas ayudas estatales, además de la fuerte presencia territorial de organizaciones sociales en los barrios más carenciados de las ciudades y conurbanos del país, aligeran la gravedad de la situación de pobreza y son una suerte de amortiguación ante las peores situaciones de carencia, como las que se vivieron a principio del milenio.
En línea con este contraste, este viernes, el controversial líder político y social Luis D'Elía hizo una comparación entre la situación actual y la de 2001 en su programa Siete Punto Cero, transmitido en la AM Radio Rebelde.
"Lo primero que les quiero decir es que la situación social que tenemos hoy no tiene nada que ver con lo que pasaba en el 2001. En el 2001 teníamos 23% de desocupados y ni un solo plan social. Hoy tenemos 6,5% de desocupación y 22 millones de planes de distinto tipo que da el estado argentino, fundamentalmente vía ANSES. No es la misma situación", explicó.











