No es novedad que la industria automotriz es clave para explicar el perfil del comercio bilateral con Brasil. Lo novedoso, en todo caso, es que en los últimos dos años se dieron en este mercado ciertos cambios que parecen cristalizar una situación de creciente déficit comercial en Argentina, que además, se mantendrá en los próximos años.
Un informe de Ecolatina señala que desde de 2016 hay un desacople en el complejo automotor, con caída del 10% en la producción y suba del 40% en las ventas en el mercado interno. "Como resultado, la participación de vehículos nacionales se redujo 15 puntos porcentuales", asegura el informe.
En este lapso y para aprovechar las economías de escala, la Argentina y Brasil firmaron en junio de 2016 un acuerdo de complementariedad productiva hasta 2020, destinado a garantizar el libre comercio de vehículos y autopartes, manteniendo una relación entre importaciones y exportaciones.
El instrumento clave es el flex de u$s 1,5 importado por cada dólar exportado o viceversa.
En la práctica, esto se tradujo en un desbalance que hoy coloca a varias terminales argentinas con el flex orillando los dos dólares a uno. "Acercándonos a la mitad del período total del acuerdo, no parece haber posibilidades de que el mismo se cumpla", destacó Ecolatina. Y agrega una proyección inquietante: "Para lograrlo, nuestras exportaciones deberían crecer 50% o bien las importaciones reducirse 35%, de mantenerse la otra variable estable".
Ninguna de las dos cosas parecen posibles, si bien se observa una mejora de las exportaciones a Brasil en los últimos meses. Según datos de la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) en los primeros cuatro meses de 2018 las exportaciones a Brasil llegaron a 53.997 unidades, casi el 40% del total exportado en todo 2017, cuando se exportaron 135.900 vehículos.
"Dado el alto componente importado de Brasil que tienen los autos nacionales (casi 60%), un incremento de la producción generaría un alza de las compras de autopartes al país vecino, profundizando el déficit bilateral", destaca Ecolatina. Y precisa que "el reciente anuncio de reducción de los aranceles para la importación de autopartes que no se fabriquen en el país, profundizaría el déficit de autopartes con Brasil, transformando la convergencia productiva en poco menos que una utopía".