La inteligencia artificial llegó para quedarse en las empresas. Pero también abrió nuevas puertas para los ciberatacantes.
Desde emails resumidos automáticamente hasta redacción de informes con un click, herramientas de IA como Google Gemini (integrada en Workspace) ya son parte del flujo de trabajo de miles de organizaciones en todo el mundo. Pero con su uso creciente también surgen nuevas amenazas que muchas veces pasan desapercibidas.
Una de ellas es el prompt injection, un tipo de ataque que empieza a ganar protagonismo entre los ciberdelincuentes más sofisticados. ¿Por qué deberías prestarle atención? Porque, si tu empresa ya está usando IA generativa, podrías estar más expuesto de lo que pensás.
¿Qué es un ataque de prompt injection?
El prompt injection es una técnica que busca inyectar instrucciones maliciosas en los mensajes o documentos que luego son interpretados por una IA generativa. En otras palabras, el atacante escribe un texto que parece inofensivo, pero que está diseñado para modificar el comportamiento del modelo de IA.
Un ejemplo reciente: el investigador Marco Figueroa demostró cómo es posible usar un ataque de prompt injection para manipular el sistema de resumen de correos de Google Gemini, dentro del entorno corporativo de Workspace. Su investigación, publicada hace pocas semanas, generó enorme repercusión en el ecosistema de ciberseguridad.
¿Qué implicancias tiene para las empresas?
Aunque Google aclaró que no se ha demostrado la efectividad del ataque en entornos reales, sí confirmó estar al tanto del research y trabajar activamente en mitigar el riesgo. Pero el punto no es solo si este caso particular es viable hoy, sino entender cómo está evolucionando el panorama de amenazas.
Porque si una IA resume mails, genera documentos o contesta mensajes automáticamente, y alguien logra alterar esos resultados con un texto especialmente diseñado, se pone en riesgo la integridad de la comunicación interna, la toma de decisiones, e incluso la seguridad de datos confidenciales.
IA en empresas: ¿aliada o riesgo?
La inteligencia artificial ya es parte del stack tecnológico de muchas compañías. Es útil, rápida y permite optimizar procesos. Pero como cualquier tecnología, puede ser explotada si no se implementa con criterio y sin las medidas de seguridad adecuadas.
Cada vez más organizaciones adoptan herramientas de IA sin auditar su impacto en términos de ciberseguridad. En muchos casos, no hay políticas claras de uso, ni monitoreo de posibles vectores de ataque a través de estos sistemas. Eso convierte a las herramientas de IA en puertas abiertas para amenazas nuevas y complejas.
¿Cómo proteger a tu empresa de este tipo de ataques?
No se trata de dejar de usar IA, sino de usarla con inteligencia (valga la redundancia). Algunas recomendaciones clave:
Establecer políticas claras de uso para herramientas de IA generativa en el entorno laboral.
Capacitar a los equipos internos: todos los colaboradores (no solo los perfiles técnicos) deben comprender qué es un ciberataque y cómo prevenirlo.
Auditar herramientas de IA antes de su implementación masiva en entornos sensibles.
Monitorear los comportamientos anómalos en sistemas de correo, mensajería y generación de contenido automatizado.
Aliarse con expertos en ciberseguridad que comprendan la evolución de estas amenazas y puedan asesorar estratégicamente.
La IA llegó al negocio, la seguridad también tiene que estar ahí
Los ataques evolucionan tan rápido como la tecnología. Y hoy, la frontera del riesgo no está solo en los firewalls o contraseñas, sino también en lo que las IA "leen", procesan y responden.
Si tu empresa ya usa IA o está pensando en adoptarla, es momento de incorporar también una estrategia de ciberseguridad que contemple estos nuevos vectores de ataque.