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El mapa tras la invasión rusa a Ucrania nos señala el repudio generalizado por el uso de misiles y bombas contra poblaciones civiles. En medio del desolado paisaje de las ciudades atacadas, la comunidad internacional ha respondido con declaraciones a favor de la paz y con medidas restrictivas que impactan en la economía y en las finanzas de Rusia.

La estrategia utilizada con foco en desalentar nuevos ataques y el estallido de una "tercera guerra mundial" ha llegado también al fútbol globalizado. Hoy el caso que promete ser ejemplificador se ubica en el fútbol inglés.

En febrero pasado, el Chelsea Football Club se consagró campeón Mundial de Clubes tras vencer al Palmeiras de Brasil. Así, los "Blues" igualaron un récord histórico al obtener todos los grandes títulos subiéndose al podio junto con la Juventus, el Manchester United, el Ajax de Amsterdam y el Bayern de Múnich.

Dos Champions, dos Europa League, una Supercopa europea, varias ligas, copas inglesas y el último eslabón: Supercopa de Europa y Mundial de Clubes. Desde el 2003 en adelante, el historial marca 18 títulos en casi 19 años, más que ningún otro equipo inglés en ese lapso.

Sin embargo, su presente es muy sombrío a causa de los vínculos solapados del multimillonario ruso Roman Abramovich (55) con Vladímir Putin.

Según el portal español Iusport.com, el club contaba con una nómina de 16 patrocinadores donde sobresalen la estadounidense Nike (camisetas), que aporta unos 60 millones de libras anuales (67 millones de euros), Trivago, (sponsor de camisetas de entrenamiento y calentamiento), la japonesa Yokohama Tyres (neumáticos), la aseguradora británica Vitality, la relojera suiza Hublot, la chocolatera británica Cadbury y la cervecera tailandesa Singha.

Hoy el panorama ha cambiado, y los más importantes patrocinadores se plantean suspender sus contratos con el club.

El operador de telecomunicaciones Three decidió suspender el patrocinio que representa una pérdida de 40 millones de libras (46 millones de euros) anuales.

Hyundai, empresa surcoreana que patrocina al Chelsea desde 2018 (10 millones de libras anuales o 12 millones de euros), plantea en una nota publicada un cambio de postura: "Hyundai ha sido uno de los patrocinadores más fuertes en el mundo del fútbol en los últimos años y la empresa apoya el deporte para el bien. Ahora mismo estamos analizando la situación con el Chelsea".

Estos anuncios se dieron a conocer tras que el Gobierno británico dispusiera -entre otras restricciones- congelar los activos de los multimillonarios rusos.

Estas medidas golpearon las puertas de Abramovich, extitular de las acciones del Chelsea, quien ya no podrá percibir ningún tipo de beneficio económico a través del club.

El club londinense no podrá vender entradas, ni artículos deportivos, ni fichar, vender o renovar contratos con futbolistas. Sólo se autorizan los ingresos por los contratos ya firmados por derechos televisivos, los que serán transferidos a un fondo especial para pagar salarios a empleados y al plantel de jugadores.

Sobre el club también se aplica un límite de gastos para los partidos de local y visitante. Sólo podrá destinar 20.000 libras (23.000 euros) para sus traslados, mientras que para los partidos de local en el estadio Stamford Bridge ("The Bridge"), podrán asistir los casi 29.000 socios y los que compraron entradas antes del 10 de marzo. El límite se eleva hasta las 500.000 libras (600.000 euros), para atender los rubros catering, seguridad y limpieza.

Fuente: X01801EDDIE KEOGH

"Mientras tengamos camisetas suficientes y un autobús para ir a los partidos, estaremos ahí y competiremos", declaró Thomas Tuchel, exentrenador del PSG y actual de los "Blues".

Pero hay que agregar una restricción más: el banco Barclay's congeló todas las cuentas y tarjetas de crédito del Chelsea.

LA PREMIER LEAGUE CANCELA A ABRAMOVICH

La Liga Inglesa anunció que ha cancelado la representación de Roman Abramovich como dueño del Chelsea a consecuencia de las sanciones dictadas por el Gobierno británico.

Sin embargo, se deja abierta una ventana para que el club pueda cambiar de manos en los próximos días, a pesar que las medidas del Gobierno no lo habilita.

"La descalificación de un dueño normalmente supone la venta de sus acciones. Roman Abramovich ya ha declarado públicamente su intención de vender el Chelsea y el proceso ha comenzado. Bajo las circunstancias actuales, la venta de un club no está permitida. Sin embargo, entendemos que el Gobierno está abierto a conceder una licencia que permita vender el club", se expresa en el comunicado de la Premier.

LA CAÍDA DEL MAGNATE RUSO

En julio de 2003, Roman Abramovich compró el Chelsea por unos 140 millones de libras (167 millones de euros) al empresario británico Ken Bates. Su plan fue inyectar capital para lograr la notoriedad y el éxito deportivo.

En su primera incursión en la Premier League aportó más de 100 millones de libras (119 millones de euros) en fichar a futbolistas de la talla de Claude Makelelé, Hernán Crespo, Juan Sebastián Verón, Damien Duff, Adrian Mutu y Joe Cole.

Los resultados se dieron muy rápido. Tras un segundo puesto detrás del Arsenal ("The Invincibles" 2003-2004), Chelsea logró su segunda liga inglesa de la historia, la primera en 50 años.

Los "Blues" también se coronaron en la Copa de la Liga y llegaron a las semifinales de la Champions, de la mano de jugadores como Didier Drogba, que llegó del Marsella, Arjen Roben, del PSV, y el clan portugués de los Ricardo Carvalho, Paulo Ferreira y Tiago.

En la temporada 2005/2006 ganaron otra liga y, en la siguiente 2006/2007, Copa de la Liga y FA Cup. Los títulos más relevantes fueron dos Champions (2011-2012 y 2020-2021), más la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes.

Su declive como propietario y gestor deportivo arrancó en 2018, al trascender los envenenamientos de un doble agente ruso y de su hija, situación que derivó en tensiones entre el Reino Unido y Rusia.

A partir de entonces, al magnate no se le renovó su visado de inversor y en caso de tener que viajar a Londres utilizaría un pasaporte israelí. Así fue que visitó Londres sólo una vez por un asunto familiar y concurrió en una sola ocasión al estadio "The Bridge", en noviembre de 2021.

Días atrás, tras su anuncio de desprenderse de las acciones pasando el comando de la administración a una fundación del club, Abramovich declaró que renunciaría al cobro de más de 1.500 millones de euros que les habría prestado a los "Blues" desde el 2003.

Desde la Cámara de los Comunes se lo acusa de ser un cercano colaborador del presidente ruso Putin y se ha pedido la incautación de los bienes que posee en el Reino Unido, entre ellos, una mansión de más de 150 millones de euros en el centro de Londres.

PUTIN Y LOS OLIGARCAS RUSOS

El parlamentario laborista Chris Bryant sostiene el gobierno británico posee un documento de 2019 donde se probaría la relación del expropietario del Chelsea con Putin, y su presunta participación en maniobras financieras ilegales y actividades dañinas.

El congelamiento de activos decretado por el gobierno de Boris Johnson incluye a todos los bancos rusos del Reino Unido y a VTB, la segunda entidad financiera más poderosa de Rusia valuada en 154.000 millones de euros y a la aerolínea Aeroflot.

Otras sanciones individuales alcanzan a más de 120 personas, entidades y empresas subsidiarias con vínculos rusos, entre ellos, se encuentran varios oligarcas residentes en el Reino Unido. Tal es el caso de Kirill Shamalov (39), exyerno de Vladimir Putin, abogado y empresario dedicado a la industria petroquímica, reputado como el mega millonario más joven de Rusia.

El primer ministro británico, Boris Johnson, declaró que no "puede haber refugios seguros" para los que apoyan la "feroz agresión de Putin a Ucrania". Y agregó que "las sanciones anunciadas son un paso más en el apoyo inquebrantable del Reino Unido al pueblo ucraniano. Seremos implacables en la persecución de quienes permiten la matanza de civiles, la destrucción de hospitales y la ocupación ilegal de aliados soberanos".

Por su parte, Liz Truss, ministra británica de relaciones exteriores señaló que estas medidas "demuestran de nuevo" que los "oligarcas y cleptócratas" no tienen "sitio en nuestra economía o sociedad", ya que "son cómplices de esta agresión por sus estrechos vínculos con Putin".

"Sus manos están manchadas con la sangre del pueblo ucraniano. Deberían de estar avergonzados", concluyó Truss.

Ante esta coyuntura tan dramática resultan muy potentes las imágenes atroces de destrucción y muerte que nos llegan desde Ucrania. El mundo está pendiente del desarrollo de la invasión, pero con una gran preocupación por la vida de millones de ucranianos que pugnan -a sangre y fuego- por mantener un espacio de paz y libertad.

Mientras el ejército ruso bombardea ciudades causando la muerte de centenares indefensos, una serie de medidas que restringen la economía y las finanzas del país invasor han arribado también a la Liga inglesa. Se trata de una novísima versión de armas defensivas que quizás puedan servir para disuadir al poderoso residente del Gran Palacio del Kremlin en Moscú para que abandone de una vez y para siempre el criminal anacronismo de la guerra.