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El 2020 nos agarró desprevenidos. Si bien en el mundo empresarial hacía años que sonaban los tiempos VICA -volátiles, inciertos, complejos y ambiguos-, el año pasado demostró la brecha existente entre los discursos y las prácticas. La mayoría de las personas y las organizaciones no estaban preparadas para este nuevo mundo.

El 2020 fue un cheque en blanco en el que todos hicimos lo que mejor pudimos y supimos, apoyándonos en los fondos que provenían de las arcas sólidas pre-2019 o del crédito que le pedimos al 2021.

Hoy el escenario cambió: el cheque se convirtió en un ticket con fecha de caducidad (y cercana): las organizaciones no tienen margen y el negocio necesita resultados ya; las personas tampoco tienen margen y necesitan encontrar un equilibrio entre la vida personal y laboral ya.

Con la vuelta a las clases y a cierta (falsa) normalidad, llega la hora de pensar cómo jugar nuestras cartas en este nuevo año. Por eso, quiero dejarte algunas ideas para navegar mares inciertos en los que el reto es ser ágiles, adaptándonos a los cambios ¡y creándolos!

1. Entender el contexto

¡¿Dije VICA?! Este concepto ya está pasado de moda. El 2020 lo desbancó y le dio lugar a BANI, un término ideado por Jamais Cascio que cada vez vas a oír más. Vivimos en un mundo quebradizo, generador de ansiedad, no lineal e incomprensible; tan importante entender el afuera como lo que nos genera a vos, a mí, a nuestros equipos y organizaciones.

Creer que volvimos a la normalidad es un gran peligro: el mundo no es lo que era ni lo será y asumirlo implica pasar por un primer gran duelo: "predecir el futuro" ha muerto y aquellos que no quieran aceptarlo tendrán que extremar su fe en los expertos y las bolas de cristal. El telegrama ya pasó por debajo de nuestras puertas y está en nosotros darnos por enterados. Pero, ¡¿cómo se vive en un mundo sin expertos?! ¡¿Quién puede venir a nuestro rescate?! Nosotros mismos tendremos que salvarnos y crear este nuevo mundo...

  • Ejercicio. Te recomiendo que abras la conversación respecto al contexto en tu equipo y en tu organización. Asegurate que nadie sigue soñando con el 2019 ni con que vos o alguien más tenga las respuestas.

2. De víctimas a protagonistas

Si en el 2020 nos sentimos víctimas de la pandemia, el 2021 nos necesita protagonistas y, para eso tenemos que soltar nuestros peros: nada de pasar el día echándole la culpa al virus, a los gobiernos, a la macro. Si vos y tu organización se quedan en la queja, para cuando se den cuenta, les habrá pasado el año por encima.

Hoy necesitamos entender que si bien hay condicionantes externos que no podemos cambiar, no solo inciden en nosotros sino que también están (y pesan) en nuestro entorno. Entonces, ¡¿por qué quedarnos pegado a eso?! ¡¿Qué podríamos hacer dentro de ese límite que es condición de posibilidad?! Es hora de ser proactivos y creativos.

  • Ejercicio. Agarrá una hoja durante 1 minuto y escribí todos los peros que impiden que te adaptes a los cambios. Cuando los tengas, categorizalos, priorizalos ¡y rompelos! Los peros están pero no hay que dejar que se nos adueñen y cuanto antes los dejes ir, mejor. (Podés hacerlo en solitario o con tu equipo.)

3. Regular el ritmo: o cómo ser productivos y saludables

Lo hemos visto en cada empresa en la que trabajamos: el desequilibrio entre la vida personal y laboral fue (es) abrumador. El 2020 trajo un ritmo desenfrenado y furioso, reflejado en niveles récord de burn-out; tuvimos que "poder" con la casa, los peques y el trabajo 24/7.

En este 2021, necesitamos crear ecosistemas laborales que eviten que el estrés siga en suba y los niveles de motivación y productividad en caída. Para lograrlo, necesitamos foco y aceptar que la exhaustividad ha muerto y que es hora de procesar su duelo. La clave de la adaptación a los cambios no es hacerlo todo sino generar más valor con menos trabajo y hoy tenemos que descifrar cuál es el 20/80 de nuestros días: el 20% de nuestras tareas que generan el 80% de valor, para nuestros clientes y colaboradores.

  • Ejercicio. Durante 1 minuto hace una lista de las tareas de tus días. Cuando las tengas, priorizalas y definí cuáles suponen ese 20% mágico que merece atención. No te quedes en tu percepción, preguntale "al otro" con el que / para el que trabajás.

4. Aprender juntos

Durante el 2020 las empresas dieron espacio al aprendizaje, siguiendo la lógica (academicista) de siempre: los mejores expertos y contenidos a través del mayor número de horas y para el mayor número de personas. Suena bien pero muchos no llegaron a las actividades por estar en otra call; otros nunca encendieron las cámaras y pocos encontraron una tregua en sus días para aterrizar lo visto. Un despilfarro.

El 2021 requiere un aprendizaje adecuado al contexto, que incorpore las nuevas tendencias e impacte en las personas y en el negocio. Este nuevo modelo debe centrarse en culturas de aprendizaje (y no departamentos); organizaciones que aprenden (y no individuos), y aprendizaje en el flow del trabajo (y no en delivery de contenidos). Pero ¡¿estamos dispuestos a soltar el modelo tradicional?!, ¡¿qué pasaría si el ahorro en catering y traslados fuera usado para experimentar con nuevas lógicas de aprendizaje?!

  • Ejercicio. Al cierre de cada semana, invitá a tu equipo a un ritual de 10 minutos de aprendizaje en el que cada uno comparta qué aprendió y qué quiere aprender en los próximos 7 días. Y vos, ¡no te quedés afuera!

5. El líder que juega ¡con otros!

En muchas empresas, el 2020 fue un año de estrechar lazos y sumar esfuerzos: nos olvidamos de jerarquías, áreas, puestos de trabajo. El reto era salir a flote y la única forma de lograrlo era hacerlo juntos; el propósito compartido (de la supervivencia) marcó nuestras agendas.

El 2021 (o deberíamos decir nosotros) requiere que evitemos la tentación de volver al "sálvese quien pueda" y ahondemos la lógica colaborativa y líquida: liberando las voces de los equipos, abrazando su diversidad y creatividad y creando nuevas redes que difuminen las fronteras del adentro y afuera.

  • Ejercicio: Invitá a los agentes de cambio de tu organización -de distintas áreas y jerarquías-, sumá a los "amigos" de la organización y durante 30 minutos dibujen juntos (no vale escribir) el futuro en 3 plazos: 2021, 2025, 2030. Ejerciten la colaboración, exploten el músculo creativo.

¡Manos a la obra!

Tal vez este año solo necesitemos cambiar las conversaciones, mejorar nuestras preguntas y aventurarnos a salir de esa normalidad que ya no existe. Tenemos un nuevo mundo para armar ante nuestras manos, la pregunta es si estamos dispuestos a jugar con él.