Falleció recientemente un reconocido científico que nos reconcilia con la especie humana. Stephen Hawking. Inglaterra, 1963. Un joven de 21 años ya brillante profesor de un colegio secundario, visitaba a un médico. "¿Cuál es su problema?" preguntó este. "Siento debilitadas mis piernas, doctor. Y también un hormigueo en mis manos. Tampoco tengo muchas fuerzas en mis brazos", respondió el joven. "Regrese la próxima semana. Deseo examinarlo nuevamente", concluyó el especialista. Ocho días después, regresaba al consultorio. "Le pido doctor, absoluta franqueza". Quien así hablaba, era un joven profesor de física, recibido con diploma de honor, llamado Stephen Hawking. "Se lo diré con total sinceridad", le dijo el médico. "Tiene usted escleorosis amiotrófica. Es una enfermedad degenerativa, que ataca el lugar del cerebro, donde residen las funciones motoras, que permiten desplazarse, y también mover las manos"

"¿Es irreversible, doctor?", expresó el profesor, casi, en un susurro. "Sí. No se lo puedo ocultar. Usted irá empeorando gradualmente, y podría incluso posteriormente, atacarle la vista y hasta impedirle el habla", explicó el médico. "¿Cuánto viviré, doctor?, dígamelo francamente", pidió Hawking "Dos o tres años", le respondieron.

El joven Stephen Hawking, preso de la desesperación, se aisló totalmente. Justo, en ese momento, apareció para él, el amor. "El más hermoso de los milagros". Encarnado en una bonita joven de 19 años. Jane. Se casaron dos años después. Stephen fue a la ceremonia apoyándose en un bastón. Ya doctorado, Hawking, logró un puesto de profesor en la universidad. Un hijo alegró su hogar. Ya eran tres los hijos que daban alegría. Todo su trabajo lo dedicaba a la cosmología, ciencia que estudia, el nacimiento y la formación del universo.

Los escritos de Hawking, y sus teorías, resultan actualmente verdaderamente revolucionarias y atraen a estudiosos de todo el mundo. Pero entonces, su organismo, se iba resquebrajando.

Posteriormente, sólo podía mover dos dedos de una mano. Casi no podía hablar. Poco tiempo después, le obsequiaron una computadora especial y un sintetizador de voz que convirtió sus confusos balbuceos en una voz entendible y clara. Su fama se acrecentaba. Un editor norteamericano, le ofreció escribir un libro: "Breve Historia del Tiempo". Se vendieron más de 10 millones de ejemplares, se tradujo a 30 idiomas. Claro que lo que sobra no puede reemplazar a lo que falta. Quizás, lo ayudó su triste circunstancia, porque hay caídas que ayudan a levantarse.

Teniendo 48 años, fue contratado como actor, para una película basada en su libro. Mientras filmaba, le llegó una noticia terrible, su esposa, deseaba divorciarse. Se sobrepuso también. Hawking es considerado con Einstein, uno de los dos cerebros más inteligentes del siglo XX.

Y un aforismo para este hombre de pequeña talla, que proyectó sombras gigantescas. "Algunos que no podían moverse, lograron mover montañas".