Mientras la mirada del poder está clavada en el 27 de octubre, los más avezados prefieren adelantar el calendario y poner todos sus esfuerzos en un domingo bastante más cercano: el 11 de agosto. Ese día se celebran las elecciones primarias abiertas que definirán qué candidatos están para pelear en serio por la victoria y quienes disputarán los votos en forma testimonial. Para muestra basta el ejemplo de 2011. Cristina Kirchner definió en las PASO que su reelección era irresistible y que sus rivales estaban muy lejos electoralmente de siquiera amenazarla.


quedan 112 días para el 11 de agosto. Ese domingo tendremos una suerte de encuesta nacional de unos 20 millones de votos para saber si la Presidenta tiene chances reales de reformar la Constitución para ir por una nueva reelección. Empezaremos a develar quienes pueden ponerle límites a esa aspiración del ultrakirchnerismo. ¿El FAP, de Hermes Binner y Margarita Stolbizer? ¿El PRO, de Mauricio Macri y ahora Miguel del Sel y Alfredo De Angeli? ¿La UCR, de Ricardo Alfonsín y Julio Cobos? ¿La incipiente alianza de Elisa Carrió y Pino Solanas? ¿O el peronismo anti K, que ahora se agrupa en torno a José De la Sota, Roberto Lavagna y Francisco de Narváez? Ninguno de ellos tendrá destino político en octubre si no hace una buena elección en las primarias del 11 de agosto.