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La ley de sucesiones en Colombia parece tener un vacío que desconcierta a quienes esperan recibir una herencia. Aunque el fallecimiento de una persona suele dar paso inmediato a la repartición de bienes, existen circunstancias extraordinarias que retrasan este proceso y ponen en pausa los derechos de los herederos.
El misterio aparece cuando la muerte no puede comprobarse con certeza. Catástrofes naturales, naufragios o conflictos armados son ejemplos de escenarios donde el fallecimiento no se acredita de inmediato. En estos casos, la herencia no se entrega y los familiares deben esperar un procedimiento judicial especial.
Así, la normativa civil establece que la sucesión no se abre automáticamente si la persona está desaparecida por fuerza mayor. Antes de hablar de herencia o reparto de bienes, la justicia debe intervenir para reconocer formalmente la muerte.
Adiós a la Ley de Sucesiones: los casos en los que no se puede cobrar la herencia
La ley de sucesiones en Colombia no desaparece en estos casos, pero se suspende hasta que un juez declare la muerte presunta. Según los artículos 97 a 105 del Código Civil y el Código General del Proceso, mientras no exista este pronunciamiento, la persona se considera jurídicamente viva.
Esto significa que, aunque los familiares tengan la expectativa de cobrar la herencia, el trámite no puede comenzar. La sucesión se congela hasta que haya certeza legal de la muerte, incluso si las pruebas materiales sugieren lo contrario.
Ley de sucesiones y los límites para los herederos
Los límites que impone la ley de sucesiones en estos escenarios protegen tanto al ausente como a sus posibles herederos. Evitan que se dispongan de los bienes sin prueba judicial de la muerte, y garantizan que no se cometa fraude o abuso en medio de la incertidumbre.
Para los familiares, la espera puede convertirse en un obstáculo doloroso y prolongado. Sin embargo, solo después de la declaración judicial de muerte presunta será posible iniciar la sucesión y, con ello, el cobro de la herencia.
