

Un equipo internacional de investigadores asegura estar más cerca de resolver un antiguo enigma bíblico: la locación del Arca de Noé. Su trabajo ha llamado la atención de creyentes y científicos por igual.
Tras años de estudios, han encontrado señales que podrían cambiar lo que se sabe sobre una historia milenaria. Los resultados preliminares han despertado tanto entusiasmo como escepticismo.
Los investigadores siguen un rastro que combina fe, tecnología y ciencia. Lo que encontraron bajo tierra podría marcar un antes y un después.
Una estructura misteriosa reaviva el mito del Arca de Noé
Un grupo de investigadores afirma estar más cerca que nunca de resolver uno de los mayores enigmas religiosos: el paradero del Arca de Noé. Su búsqueda se centra en una formación rocosa con forma de embarcación en el este de Turquía, al sur del monte Ararat, conocida como el sitio de Durupinar.

El equipo, llamado Noah's Ark Scans, sostiene que esta formación coincide con las dimensiones descritas en el Libro del Génesis. "El lugar está en una zona de flujo terrestre activo con inviernos duros, así que protegerlo es nuestra prioridad", explicó Andrew Jones, líder de la investigación.
Pruebas científicas alimentan la hipótesis del Arca de Noé
Se tomaron 22 muestras de suelo que fueron analizadas por la Universidad de Ataturk, revelando niveles más bajos de pH, mayor materia orgánica y más potasio en el interior del sitio. "Estos cambios son consistentes con madera en descomposición", concluyó el equipo tras revisar los resultados obtenidos.
Además, notaron que el pasto dentro de la supuesta estructura se marchita antes que en las zonas aledañas. Este detalle, junto con la forma del terreno, refuerza la teoría de que no se trata de una formación natural, sino de un objeto distinto al entorno que lo rodea.
Tecnología moderna para un hallazgo antiguo
En 2019, un escaneo con radar de penetración terrestre detectó formas rectangulares a siete metros de profundidad, posiblemente cámaras o estructuras enterradas. "Planeamos tomar muestras del núcleo del terreno para confirmar si los patrones que vemos son realmente construcciones humanas", dijo Jones.

La última pista proviene de una reinterpretación de esos escaneos, que sugiere la presencia de un pasillo y una cámara central. Sin tocar la estructura, los investigadores quieren insertar cámaras por perforaciones mínimas. "Es una mirada no invasiva al pasado", afirmó el científico, quien insiste en que todos los resultados obtenidos hasta ahora "apoyan" sus teorías.










