

Una serie de excavaciones realizadas bajo los patios del Palacio de Buckingham ha puesto al descubierto vestigios que indican actividad humana en la zona desde hace casi 6000 años. Los trabajos, parte de un programa mayor de investigación asociado a obras de restauración de la Corona Británica, han recuperado herramientas líticas, restos estructurales y objetos cotidianos que trazan una larga continuidad histórica en el corazón de la capital.
Los primeros niveles exhumados contienen lascas de sílex y piezas talladas atribuibles a comunidades de finales del Mesolítico o principios del Neolítico, lo que sugiere que aquel terreno, hoy monumental, fue en otro tiempo un área de pesca, recolección y paso humano. Más arriba en la estratigrafía aparecen materiales romanos, medievales y modernas trazas victorianas, lo que marca una secuencia ocupacional ininterrumpida.
Piezas que cuentan una historia milenaria
Entre los hallazgos destacan fragmentos de herramientas líticas, calzados medievales, fragmentos de cerámica y restos arquitectónicos reutilizados en construcciones posteriores. Algunos objetos domésticos del periodo victoriano permiten además relacionar los trabajos de reconstrucción del siglo XIX con las actividades de albañilería que sucedieron tras el incendio de 1834.

Los arqueólogos explican que la preservación de ciertos niveles en arenas profundas ha sido determinante: “esas capas sin alterar son como un archivo natural”, señalan, porque conservan materiales que rara vez sobreviven en contextos urbanos intensamente transformados.
Un gran salón medieval que resistió al tiempo
Uno de los descubrimientos más importantes corresponde a vestigios de una sala medieval que, según los especialistas, funcionó como espacio público y administrativo durante la Edad Media. La evidencia sugiere que algunas partes de sus muros sobrevivieron a incendios y demoliciones posteriores, y fueron reutilizadas en fases constructivas posteriores.
Las nuevas observaciones obligarán a revisar mapas históricos y planes de restauración, pues demuestran que elementos antiguos subsisten bajo la superficie y merecen protección en las intervenciones futuras.
Investigación amplia y planificada
Las prospecciones abarcan múltiples puntos del recinto real y se apoyan en sondeos geoarqueológicos y registros foreshore. El programa continuará en 2026 y concluirá con un informe detallado que permitirá integrar los hallazgos en las decisiones de conservación.
Mientras tanto, los expertos advierten que cada descubrimiento enraíza al presente con milenios de vida cotidiana: desde las herramientas prehistóricas hasta objetos del día a día de la monarquía, el subsuelo del palacio guarda una historia que redefine el valor patrimonial del lugar.











