

El gobierno estadounidense activó una operación encubierta para liberar a cinco dirigentes venezolanos que estaban asilados en la sede diplomática argentina. El mensaje a Nicolás Maduro fue claro: si no libera a once presos políticos, habrá más acciones como esta.
En un movimiento diplomático y logístico sin precedentes, la administración de Donald Trump lideró la Operación Guacamaya, una misión secreta que culminó con la liberación de cinco dirigentes opositores al régimen de Nicolás Maduro.

Los disidentes -Magallí Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos- se encontraban refugiados desde hacía meses en la embajada de Argentina en Venezuela, bajo condiciones críticas.
El ultimátum de Trump a Maduro
La acción fue impulsada desde el corazón de la administración Trump. Marco Rubio, secretario de Estado y principal arquitecto de la estrategia, trabajó codo a codo con Chris Landau, subsecretario de Estado, y Mauricio Claver Carone, enviado especial para América Latina.
En ese sentido, los tres funcionarios comparten vínculos personales y políticos con la región, y ven en el régimen chavista una amenaza directa.
El operativo incluyó el traslado desde Caracas hacia una zona costera, una navegación hasta una isla del Caribe y finalmente un vuelo que aterrizó en Miami. Todo bajo una coordinación milimétrica.
¿Cuál fue la advertencia de Nicolás Maduro a Estados Unidos?
La Casa Blanca no solo mostró músculo diplomático y operativo, sino que envió un mensaje directo al régimen de Maduro: si no se libera a los once presos políticos que están desaparecidos o encarcelados ilegalmente, habrá nuevas intervenciones.
La lista incluye a nueve ciudadanos estadounidenses, al gendarme argentino Nahuel Gallo y a un israelí. Tanto el gobierno de Javier Milei como el de Benjamín Netanyahu solicitaron formalmente la liberación de sus connacionales.

Desde la administración argentina, el asesor en Seguridad Ricardo Ferrer Picado, hombre cercano a Patricia Bullrich, oficia como nexo con el equipo republicano de Trump. Ferrer mantiene contactos frecuentes con funcionarios del Departamento de Estado y asesores de la Casa Blanca.
Por qué Nicolás Maduro rechaza las condiciones de negociación
A pesar del éxito de la Operación Guacamaya, el régimen venezolano continúa negociando. Maduro exige el levantamiento de sanciones económicas y la autorización para que empresas estadounidenses extraigan petróleo en Venezuela. Además, pretende un intercambio asimétrico de presos: un rehén a cambio de múltiples narcotraficantes detenidos por Nayib Bukele.
Desde Washington, la respuesta fue tajante: no habrá canjes desproporcionados ni concesiones unilaterales. La administración Trump considera que la debilidad estructural de la economía venezolana -dependiente de suministros externos- es un punto clave para presionar al régimen.
Mientras tanto, las gestiones continúan, pero el mensaje ya fue dado. Estados Unidos está dispuesto a actuar, con rapidez y contundencia, si no se respetan los derechos humanos y la libertad de los presos políticos.














