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El rey Carlos III habría manifestado su intención de cancelar las festividades de Navidad en Sandringham, una de las costumbres más antiguas y simbólicas de la monarquía británica.

Según fuentes cercanas a la Casa Real, el monarca considera que el evento ha perdido su esencia y que mantenerlo bajo las circunstancias actuales sería “una falta de coherencia con los tiempos modernos”.

Navidad en la Corona Británica: qué decidirá el Rey Carlos III

Cada diciembre, la Familia Real británica se traslada a la finca de Sandringham, en Norfolk, para celebrar la Navidad con una serie de rituales que combinan lo religioso, lo tradicional y lo familiar. Allí se reúnen para asistir a la misa, posar ante las cámaras y participar en la tradicional cacería de faisanes conocida como Boxing Day.

Sin embargo, este año, la planificación se ha detenido por completo. Desde el entorno más cercano del monarca aseguran que Carlos III atraviesa un momento de reflexión profunda y que su decisión busca marcar una nueva etapa para la Corona Británica, más acorde con las preocupaciones sociales y medioambientales actuales.

¿Por qué la Corona Británica podría no celebrar la Navidad?

El monarca habría planteado que la Navidad, tal como se celebra en la realeza, ya no representa los valores que quiere transmitir su reinado. La cacería de faisanes, en particular, se ha convertido en el foco de críticas por parte de organizaciones defensoras de animales y ambientalistas que la consideran una práctica obsoleta.

Desde la finca de Sandringham, varios empleados confirmaron que este año no se ha preparado el terreno ni se han criado aves, una señal clara de que la jornada podría ser suspendida definitivamente. Una fuente allegada al palacio indicó que “el rey ha sido enfático en que no se reemplazarán los faisanes por ejemplares de criaderos externos; si no es natural, no se hace”.

¿Qué pasará con la Navidad en la Corona Británica?

Si finalmente se confirma la decisión, sería la primera vez en más de seis décadas que la Familia Real no celebra la Navidad en Sandringham, poniendo fin a una tradición iniciada por la reina Isabel II.

La postura del rey Carlos III marca un punto de inflexión para la monarquía moderna: un intento por alejarse de las formas más rígidas del pasado y acercarse a una imagen más consciente de los desafíos actuales.

Por ahora, todo el Reino Unido permanece atento a lo que podría ser el cierre simbólico de una era en la Corona Británica.