

El Aeropuerto Internacional El Dorado es el corazón de la conectividad aérea de Colombia. Solo en 2024 movilizó más de 45 millones de pasajeros, lo que consolidó su liderazgo regional en tráfico de personas y carga. Con esa presión de demanda, la modernización dejó de ser una opción y pasó a ser una necesidad estratégica para Bogotá y para todo el país.
Ese salto vendrá de la mano de El Dorado Max (EDMAX), una iniciativa de Asociación Público-Privada (APP) que proyecta 104 intervenciones para transformar la terminal y su entorno. El objetivo es llevar la capacidad a entre 60 y 73 millones de pasajeros al año, según los hitos oficiales del proceso y lo socializado por el originador del proyecto. La Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) confirmó la audiencia pública del 1 de abril de 2025 para explicar el alcance del plan. Más capacidad y menos filas: así será la nueva terminal
El proyecto plantea duplicar el área de la terminal de pasajeros, sumar más puertas de embarque, optimizar la operación de carga y mejorar flujos en filtros de seguridad y zonas de check-in, con la mira puesta en tiempos más ágiles para el viajero. La meta de 73 millones de pasajeros/año aparece como horizonte tras completar la expansión, de acuerdo con los documentos y reportes divulgados en 2025.

Además de la nueva terminal, el plan prevé servicios ampliados: áreas comerciales, mejoras en salas de abordaje, y una infraestructura preparada para estándares de sostenibilidad (energía solar, captación de aguas lluvias y objetivos de carbono neutralidad). La hoja de ruta busca acompañar el crecimiento de la aviación comercial y de la carga en la principal puerta de entrada del país.
Accesos más rápidos por la 26 y la 63: conexión total con la ciudad
El Dorado Max no se limita a edificios y posiciones de parqueo: también interviene los accesos viales. Los planes contemplan la reconfiguración de la Calle 26 con un intercambiador en la Carrera 103, carriles elevados y retornos aéreos para agilizar ingresos y salidas, además de la extensión de la Calle 63 (Avenida Mutis) como nuevo acceso desde el occidente. El objetivo es descongestionar y reducir tiempos de viaje hacia la terminal.
En paralelo, el proyecto se concibe como un centro intermodal que articule el aeropuerto con los sistemas de transporte de Bogotá (incluyendo TransMilenio en el corredor de la 26) y con nuevos desarrollos urbanos del borde occidental. Esa integración es clave para que la nueva terminal funcione a tope sin replicar cuellos de botella a la entrada y salida del aeropuerto.
Cuándo arranca, cuánto cuesta y qué falta aprobar
¿Calendario? La ANI avanzó en etapas de evaluación (definición del evaluador en diciembre de 2024) y realizó audiencia pública el 1 de abril de 2025. A partir de allí, el proceso debe seguir con la factibilidad y, luego, la adjudicación. Algunas estimaciones de prensa hablan de un período de obras de hasta 78 meses una vez adjudicado, aunque ese cronograma dependerá del cierre del proceso y del alcance final que se apruebe.
¿Inversión? Las cifras disponibles varían según la fuente y la etapa del proyecto. Registros oficiales de la ANI hablan de $12,69 billones de pesos colombianos, mientras notas de prensa recientes mencionan montos en el entorno de US$ 2,5-3,1 mil millones. En todos los casos, se trata de una APP (sin uso de recursos públicos directos) orientada a ampliar capacidad, optimizar la carga, mejorar accesos y avanzar en sostenibilidad.

¿Por qué importa? Con más de 45 millones de pasajeros y una demanda que crece, Bogotá necesita un aeropuerto internacional con nueva terminal, más servicios y mejor conexión urbana. Si el plan avanza en los términos socializados, El Dorado dará un salto de escala que impactará en competitividad, turismo y logística, reforzando su papel como hub de América latina.









