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En el corazón del Barrio Chino de Belgrano, McDonalds´s acaba de inaugurar su primer restaurante con identidad oriental: un espacio que combina innovación, sustentabilidad y un homenaje directo a la cultura del lugar. El nuevo local, ubicado en La Pampa y Virrey Vértiz, no solo suma un punto más a la red de la compañía, sino que propone una experiencia distinta dentro de su modelo global.
La sucursal número 229 del país presenta una estética única, con faroles rojos, tipografías inspiradas en el alfabeto chino y arcos tradicionales en la entrada del AutoMac. Su diseño interior también integra una paleta de colores cálidos y referencias visuales a los templos asiáticos, creando una atmósfera que celebra la diversidad y el espíritu multicultural de la zona.
Ediciones limitadas con sello oriental: cómo es el menú
Junto con la apertura, McDonald’s lanzó tres productos exclusivos inspirados en la gastronomía asiática, disponibles solo en este local y por tiempo limitado:
- Chicken Pops, una versión rebozada con panko de los clásicos nuggets, acompañados con salsa teriyaki.
- Chicken Teriyaki, un sándwich con salsa agridulce.
- Apple Pie Sundae, un postre que reinterpreta el pastel de manzana clásico de la marca.
“Este nuevo restaurante representa mucho más que una apertura: refleja nuestra vocación por innovar y por estar cada vez más cerca de la comunidad”, explicó Fernando Arango, gerente de Comunicaciones Corporativas de Arcos Dorados, la compañía que opera McDonald’s en la región.
Entre la innovación y tradición
En línea con su programa “Receta del Futuro”, el local incorpora sistemas que reducen el impacto ambiental: recuperación de agua, iluminación LED, equipos de aire acondicionado VRV y un sistema inteligente de gestión de energía (ERS).
El espacio tiene 800 m², capacidad para 147 personas y cuenta con kioscos digitales, cartelería dinámica, Playland, McCafé y una cinta transportadora para los pedidos, una innovación inédita en los locales de la cadena en Argentina.
El nuevo punto también será escenario de iniciativas solidarias de la compañía, como el Gran Día, que se celebrará el 28 de noviembre. Con esta apertura, McDonald’s refuerza su compromiso con la innovación, la sustentabilidad y la generación de empleo joven, consolidando su liderazgo en el sector gastronómico del país.
McDonalds´s., tematización y adaptación
Aunque el nuevo local del Barrio Chino es una novedad en la Argentina, la idea de adaptar los restaurantes de McDonald’s al entorno cultural o arquitectónico en el que se insertan no es completamente nueva. La cadena desplegó iniciativas similares en distintas partes del mundo, donde el diseño, la ambientación o incluso el menú buscan reflejar el espíritu del lugar y conectar con la comunidad.
Uno de los casos más reconocidos se encuentra en Antigua, Guatemala, donde el restaurante ocupa un edificio colonial con patio central, fuente y vistas al volcán Agua. La arquitectura y los materiales respetan la estética del casco histórico, lo que convirtió a esa sucursal en una de las más fotografiadas y visitadas del país. Allí, la experiencia de marca se fusiona con el patrimonio local sin alterar el carácter del entorno.
También en Barcelona, sobre el Passeig de Gràcia, McDonald’s opera un local que se integra a un edificio modernista protegido. En ese caso, la compañía mantuvo los elementos arquitectónicos originales y adoptó una ambientación sobria que acompaña el perfil turístico y cultural de la avenida. Es una muestra de cómo la cadena puede ajustar su formato para convivir con escenarios urbanos de alto valor histórico.
Otro ejemplo relevante es la sucursal de Pushkin Square, en Moscú, remodelada por el estudio Landini Associates para conmemorar los 30 años de la marca en Rusia. El proyecto incluyó una fachada espejada que refleja la vida cotidiana de la plaza y un interior diseñado para “conectar con la energía del lugar”, según explicaron los arquitectos. La intervención combinó innovación tecnológica y sensibilidad local, en línea con la tendencia de los nuevos espacios de la compañía.
Un caso singular es el de Ridout Tea Garden, en Singapur, donde McDonald’s funciona dentro de un antiguo jardín japonés. El restaurante conserva la atmósfera de una casa de té tradicional, rodeado de estanques y vegetación. Aunque el menú no se modificó de manera sustancial, el entorno natural y la estética oriental crearon una experiencia inmersiva que dialoga con la identidad cultural del sitio.
Una estrategia de “glocalización”
Estas experiencias forman parte de una política más amplia de la compañía, que combina su identidad global con la adaptación a los valores y costumbres locales. Diversos estudios sobre la expansión internacional de McDonald’s describen esta estrategia como un proceso de “glocalización”: actuar globalmente, pero con sensibilidad local. En ese sentido, el nuevo restaurante de Belgrano se inscribe en una línea de trabajo que busca interpretar el entorno y ofrecer propuestas que, sin abandonar los símbolos de la marca, expresen cercanía con la comunidad.
