Con un fuerte operativo de seguridad –más de 1.000 efectivos– para custodiar al presidente Mauricio Macri y a los reyes de España, Felipe VI y Letizia, protagonistas de la ceremonia de apertura, quedó inaugurado el VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE). El capítulo cordobés del congreso cuenta este año con dos nuevos récords: por un lado, hay 5.700 inscriptos para presenciar las sesiones plenarias; por el otro, el 40% de las disertaciones estarán a cargo de mujeres.
Aunque la cuestión de género y del lenguaje inclusivo sobrevuela esta edición, José Luis Moure, presidente de la Academia Argentina de Letras, advirtió en una entrevista con la agencia Télam que: “Hay una demanda social y hay que atenderla, pero nosotros como Academia de la Lengua sostenemos que trasladar un fenómeno como la cuestión de género a la lengua es innecesario, lo cual no quiere decir que el problema sea irrelevante.Si este fenómeno perdura en el tiempo, se va a imponer y será aceptado por las instituciones pero hoy todavía estamos lejos. Estos procesos suelen venir de abajo hacia arriba como reclamos colectivos y lentos, nunca explosivos. No me parece que los 500 millones de hablantes tenga que aceptar algo que está propuesto solamente por un sector ilustrado de la clase media .
Por otra parte, frente al impacto de la tecnología en la transformación de la lengua, especialmente entre los millennials, Moure explicó: “Estamos ante un proceso imparable motivado por la manera en que los jóvenes se mueven en los formatos digitales. Entiendo que esas incorporaciones no dañan el idioma, aunque hay otros colegas que quieren proponer listas de sinónimos castellanizados o latinizados para estos términos. Una vez más, estamos en el amplio terreno de la libertad de los hablantes. Por alguna razón, los jóvenes prefieren los términos originales antes que de la traducción que podemos facilitar. Eso puede no gustar pero no daña el idioma .
De hecho, un grupo de lingüistas de Babbel, una aplicación para aprender idiomas, elaboró un listado de las palabras más utilizadas por los millennials argentinos y la amplia mayoría (7 de 10) son anglicismos, es decir, préstamos lingüísticos del inglés hacia otro idioma. Abajo la lista de los términos más usados y su significado:
