"Cada pieza es una lección magistral de sastrería". Igor Uria, director de Colecciones de la Fundación Cristóbal Balenciaga, define de ese modo el legado del maestro español de la alta costura, que es custodiado en una cava con temperatura estable (entre 18 y 20 grados) y humedad controlada (55 %).

Entre las 2.600 piezas del acervo, que incluye creaciones hasta 1968, se destaca un vestido de viaje de bodas que el diseñador realizó para una prima, en 1912, y es la etiqueta más antigua con la firma de quien Cocó Chanel llegó a afirmar: "Es el único de nosotros que es un verdadero couturier".