En una obra situada detrás de la playa de Sizewell, en la costa inglesa de East Anglian, las montañas de tierra impiden ver dos pequeñas señales azules. Indican los lugares donde, a mediados de la próxima década, dos reactores nucleares deberían empezar a generar energía suficiente para abastecer a 6 millones de hogares.

Lo extraordinario del emplazamiento de 365 hectáreas no es su escala, sino que tiene un gemelo idéntico, por razones que revelan mucho sobre las últimas ideas en materia de construcción de centrales nucleares.

La nueva central de Sizewell C ha sido diseñada para ser lo más parecida posible a Hinkley Point C, un proyecto a 450 kilómetros de distancia en la otra punta del país. Su construcción comenzó en 2016, ocho años antes que la de Sizewell.

La réplica forma parte de un esfuerzo en Europa y Norteamérica para abordar lo que Bent Flyvbjerg, un académico que estudia la gestión de proyectos, llama el problema de "aprendizaje negativo" de la industria de la energía nuclear.

En otras palabras: para un sector que se ha hecho famoso por sus enormes sobrecostos e interminables retrasos, quizá la solución sea construir copias exactas de los reactores existentes.

La industria está desesperada por encontrar formas de mantener los costos bajo control. En muchos países, cuanta más experiencia ha adquirido el sector nuclear, más caro y lento ha resultado construir instalaciones.

"Cuanto más hemos aprendido sobre cómo hacer energía nuclear, más cara nos ha salido", dice Flyvbjerg. "Es lo contrario de lo que suele ocurrir".

Para muchos políticos y planificadores económicos, la energía nuclear tiene que ser una parte esencial de la transición energética por su capacidad de proporcionar grandes y predecibles cantidades de energía sin producir emisiones de carbono.

Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), un grupo intergubernamental, ha abogado por una "nueva era para la energía nuclear". Según la AIE, hay 63 reactores, con una capacidad total de producción de 70 gigavatios, en construcción en todo el mundo, uno de los niveles más altos de los últimos 30 años.

Pero para ello habrá que superar los problemas de costos y plazos que desde hace tiempo acosan a la industria. La AIE ha constatado que las centrales nucleares entregadas desde 2000 en EE.UU. y Europa llevaban un retraso medio de ocho años y costaban dos veces y medio su presupuesto original. El Gobierno británico anunció recientemente una reforma de la planificación para facilitar la construcción rápida y barata de centrales nucleares.

Flyvbjerg, que ocupa cargos en la Escuela de Negocios Saïd de Oxford y en la Universidad de Informática de Copenhague, afirma que, en comparación con otros megaproyectos, las centrales nucleares son "más caras", "mucho más lentas" y "mucho más complicadas".

Sin embargo, existe la esperanza generalizada de que la estandarización -del tipo prevista para Sizewell C- pueda ser clave para resolver el reto.

"Esa es la forma de producir una curva de aprendizaje positiva", afirma Flyvbjerg. "La única esperanza que tenemos es reproducir lo que hemos hecho y ver si finalmente aparecen las curvas de aprendizaje positivas".

Una coalición de 31 países se ha fijado la ambición de triplicar la capacidad mundial de energía nuclear para 2050.

Existe un interés especialmente intenso en el sector como fuente potencial de energía para la industria de los centros de datos, en rápido crecimiento. El vapor que mueve las turbinas eléctricas de una central nuclear también puede utilizarse para otros fines, como la calefacción de viviendas cercanas, el funcionamiento de plantas químicas, la generación de hidrógeno o incluso la posible fabricación de acero.

Existen grandes esperanzas de que una nueva clase de reactores producidos en cadenas de montaje en fábricas, conocidos como pequeños reactores modulares, puedan facilitar su reproducción en el futuro.

Algunos países, como Rusia, China, Corea del Sur y los Emiratos Árabes Unidos, afirman tener un historial mucho mejor en cuanto a control de costos y entrega. Según un informe de la AIE publicado en enero, dos proyectos recientes en Corea del Sur (Saeul 1 y 2) se entregaron con sólo dos y cinco años de retraso y un 30 por ciento por encima del presupuesto.

Sin embargo, Birol admite que el panorama actual es desigual. "Hemos visto que en Europa y Estados Unidos el coste no ha bajado mucho porque no hay un proceso continuo de construcción de centrales nucleares", afirma.

Tom Burke, fundador de E3G, una consultora de energías limpias con sede en Londres, se muestra mucho más escéptico y afirma que la información de los países que afirman tener mejores registros carece de credibilidad.

"En los casos en que la información pública disponible es fiable -si nos fijamos en lo ocurrido en Finlandia, Estados Unidos y el Reino Unido- no se han construido reactores dentro del plazo y el presupuesto previstos, nunca", afirma Burke.

Luc Rémont, director ejecutivo de EDF, la empresa eléctrica estatal francesa propietaria del 23,9% de Sizewell C y proveedora de la tecnología, ha adjudicado las dificultades a la política de los gobiernos de parar y arrancar la construcción de centrales nucleares.

EDF, que construyó 56 reactores nucleares entre 1974 y 1989, fue admirada en su día como uno de los constructores más fiables del mundo. Pero sus tres proyectos más recientes, Olkiluoto (Finlandia), Flamanville (Francia) y Hinkley Point C, han sufrido años de retrasos y sobrecostos.