Como un boxeador, el consultor político venezolano J.J. Rendón ostenta su récord: 24 campañas presidenciales ganadas en América latina y sólo tres perdidas. Señalado por el propio Nicolás Maduro como el cerebro detrás de la estrategia de Henrique Capriles que dejó al borde del knock-out al chavismo el pasado abril, este enigmatico psicólogo y publicista se niega a contar aquella batalla electoral entre sus derrotas. Esa la ganamos pero nos la robaron. Vamos a agotar todas las instancias, advierte al referirse al polémico fallo.

Rendón tiene fama de valerse de todo tipo de técnicas para vencer al adversario. Nunca trabajaría con el kichnerismo. Me interesa el restablecimiento de la democracia en nuestros países. Y si alguno me dice que en Argentina hay una democracia en el sentido estricto de la palabra, la verdad que yo no la veo, dice. Rendón dialogó con WE tras participar de la Cumbre Mundial de Comunicación Política en la UCA.

l Tanto a nivel político como económico, cada vez hay más similitudes entre la Argentina y Venezuela. ¿Cómo analiza el vínculo entre ambos países?

- Creo que es un modelo que van adaptando, complementando y retroalimentando. Por ejemplo, algunas de las formas con las que se manejó el entierro de Chávez tuvieron que ver con las formas con las que se manejó la muerte de Kirchner. Solo que muy a la caribeña, en Venezuela se les fue la mano. Pero creo que la matriz de este modelo, que pasa por Cuba y Venezuela, va drenando hacia los diferentes países. Y no solo por motivos económicos vinculados al petróleo. Creo que los une la idea de mantenerse en el poder, conquistar más territorio y sostener un modelo generalizado. Ese estilo de hacer política es la anti-política. Es una farsa que viene bajando como un pulpo por América latina.

l Muchas de las medidas que tomó Venezuela fueron replicadas por el kirchnerismo. ¿Coincide con que hay que mirar a Venezuela para anticiparse a lo que pueda pasar en Argentina?

- En algunos casos la Argentina está atrasada y en otras, adelantada. Son profecías que se vienen cumpliendo. Yo llevo años diciéndolo y la gente en la Argentina me decía, acá no va a pasar tal cosa porque es un país serio. Ahora está pasando. Mientras en Venezuela reprimen a la oposición, aquí la Presidenta no la reprime. Pero sólo por ahora. Eso aún le da un aire de legitimidad, de respeto a las instituciones.

l En Venezuela tuvieron que pasar 14 años para que la oposición se alineara detrás de un candidato único para enfrentar al chavismo. ¿Cómo se logró ?

- Fue un proceso de errores. Al final se logró establecer la tarjeta única. También que el Comando Simón Bolivar tuviera alternancia en las vocerías, de manera que todos tuvieran participación. Luego se logró una disciplina en el mensaje y por último se definió que el principal actor de la campaña fuera Capriles. Lo que pasó en Venezuela es que se despartidizó la campaña. Se tuvo que ir más allá de los colores y de los partidos.

l ¿Qué puede aprender la Argentina de esa experiencia?

- Estoy seguro de que como pasó antes en Venezuela, en las próximas elecciones en Argentina la oposición va a inscribir demasiados candidatos. Es válido que haya posturas, pero cuando tienes un poder hegemónico enfrente que pretende mantenerse y dominarlo todo, lo correcto es que se unifique la mayor cantidad de fuerzas para enfrentarlo.

l Uno de los aciertos de Capriles fue presentarse como un candidato que reconocía conquistas del chavismo. ¿Se puede replicar eso en la Argentina?

- Los kirchernistas quieren a Cristina. No podemos asumir que no son inteligentes y que están todos engañados. Algo les aporta. Seguramente hay casos sociales muy sensibles que la democracia no siempre puede resolver. Y la oposición debe salir de esas posturas rígidas, que van en contra de todo lo que CFK propone solo porque fue idea de ella. Si la propuesta es buena, es buena más allá de quién la haga.

l ¿Por dónde pasa el debate político hoy en Venezuela?

- Estamos tan mal, que siendo uno de los productores de petróleo más grandes del mundo, la gente habla de alumbrones en vez de hablar de apagones. Es más el tiempo que estamos a oscuras que el que estamos con luz. Si a eso le sumamos que no se consiguen alimentos en los supermercados, que no hay papel higiénico lo que termina sucediendo en una campaña en ese contexto es que se vuelve a temas tan básicos como la comida, el techo y la salud. Luego viene todo lo demás.

l ¿Qué análisis hace de Cristina como cuadro político?

- Es una sobreviviente. Con todo lo que ha pasado, me parece increíble que aún gobierne. Lo de los dólares es insólito. La gente no valora la moneda, ¡cómo la va a valorar si no se sostiene! Tampoco deja la plata en el banco porque quiebran y queda el corralito. Entonces compran moneda dura, dólares... Esto sucede por la falta de alternativas. El pueblo argentino es de los más nacionalistas que hay, no le gusta el dólar. Lo que pasa es que se asusta y corre a salvar su ahorros cuando recuerda el terror del 2001. z we