La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, dijo que el mensaje que dejó el G-20 fue “muy claro” en el sentido de combatir la crisis económica mundial sin generar desempleo o reducir los derechos laborales.
En su programa de radio ‘Café con la Presidenta’, la mandataria hizo este lunes un balance de su participación en la reunión de los jefes de Estado en la Cumbre del G-20 en Cannes, la semana pasada.
Rousseff recordó que hay 200 millones de desocupados en el mundo, según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), pero dijo que la situación en Brasil es “completamente diferente” debido a las medidas adoptadas por el gobierno.
“Aquí, nosotros estamos trabajando cerca del pleno empleo. Entre enero y septiembre de este año, se crearon más de 2,079 millones de empleos formales. ¿Saben por qué estamos en una situación mejor que los otros países frente a la crisis internacional? Es que, en 2008, cuando comenzó esa crisis, Brasil optó por el crecimiento y por la consolidación del mercado interno, y no por la recesión”, declaró.
La mandataria evaluó que los países emergentes y Brasil están en mejores condiciones para enfrentar la crisis. “Lo diferente entre nosotros (Brasil) y los países ricos que están en crisis es que nosotros tenemos una economía sólida, tenemos bancos sólidos, controlados y regulados, nuestro presupuesto está equilibrado, Brasil no posee una deuda elevada. Al contrario, tenemos una reserva de u$s 350.000 millones, lo que impide que vengan otros aquí a buscar especular con nosotros”, evaluó.
La presidenta dijo además que recibió “con mucho orgullo” la propuesta de la OIT de crear un Piso Mundial de Protección Social, que prevé el pago de un beneficio básico para familias con chicos, como el Programa Bolsa Familia.
“En el documento final de la reunión del G-20, todos los países reconocieron la importancia de una red de protección para las poblaciones extremadamente pobres del mundo. Claro que esa iniciativa tiene que adaptarse a la realidad de cada país. Si los países se dedican a rescatar sus bancos, pueden ofrecer renta para una familia en estado de extrema pobreza. Eso no es filantropía, es una oportunidad para superar las dificultades”, defendió Rousseff.