La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, redujo esta semana el ritmo de sus viajes por el país, después de contraer una gripe que la dejó afónica, según supo Valor PRO, servicio de información en tiempo real de Valor. La mandataria había intensificado en las últimas semanas los viajes, adoptando un ritmo de pre-campaña electoral.
La semana pasada, Dilma comenzó una serie de viajes trasladándose a Foz do Iguazú (Paraná) la noche del lunes, donde participó de un premio promovido por la Cámara Mujer Emprendedora y Gestora de Negocios, de Fecomercio. El objetivo en Paraná fuer reforzar la precandidatura de la senadora Gleisi Hoffmann, del Partido de los Trabajadores (PT), al gobierno de ese estado.
La presidenta retornó a Brasilia, y el miércoles, embarcó por la mañana hacia Ceará, donde cumplió agenda en Fortaleza, Caucaia y Sobral. Por la noche, desembarcó en Pará para cumplir compromisos el jueves en Belén y Marabá. El mismo día, Dilma participó de una ceremonia en Imperatriz.
La tarde del viernes, Rousseff no tuvo compromisos oficiales, como tampoco el lunes por la mañana. Ayer por la tarde, recibió al presidente de la Federación Brasileña de Bancos (Febraban) y diversos banqueros.
Hoy Dilma tenía previstos compromisos en ciudades del interior del estado de San Pablo, reducto electoral del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), pero el viaje se canceló sin justificación oficial.
También se suspendió el viaje de la presidenta a Goiania el miércoles, para una ceremonia vinculada con el Programa Nacional de Acceso a la Enseñanza Técnica y el Empleo (Pronatec), una de las principales banderas de la campaña por su reelección.
Integrantes del comité de pre-campaña de la presidenta y auxiliares cercanos defienden la idea de que las incursiones de Dilma se intensificaron en los últimos tiempos como una demostración de los resultados que el gobierno puede presentar a la población.
En las últimas semanas, en medio de una crisis política con el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), mayor aliado de Rousseff, y denuncias en torno de Petrobras, la presidenta evitó a la prensa, aunque abrió espacio en esos viajes para la aproximación de políticos y electores, y enfocó sus discursos en sus principales vitrinas: educación, movilidad urbana, salud y vivienda. También aprovechó para defender la situación macroeconómica del país y atacar a los “pesimistas”.