

La moneda brasileña valorizada no colabora con las exportaciones, pero tampoco es un gran obstáculo para el comercio exterior brasileño, en la opinión del ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior (MDIC), Fernando Pimentel.
“Hoy ese no es un problema agudo, sino un síntoma, una preocupación anticipada del gobierno”, dijo en una rueda de prensa, tras divulgar el lunes el saldo comercial de abril.
El ministro consideró que es necesario convivir algún tiempo con ese cambio, que, según Pimentel, no inviabiliza el comercio exterior, “pero no nos deja en una situación confortable para hacer lo que queremos: exportar más productos industrializados”. El ministro dijo que el sector exportador tendrá que buscar mecanismos creativos para enfrentar la cuestión.
A pesar del cambio desfavorable, el secretario ejecutivo de MDIC, Alessandro Teixeira, consideró que el país no atraviesa un proceso de desindustrialización.
Según Teixeira, la mayor parte del crecimiento en las importaciones es resultado del crecimiento de la demanda, no atendida en su totalidad por la oferta interna, y, por eso, no significa una sustitución de similares nacionales.
Además, el secretario del MDIC señaló que el gobierno viene realizando un seguimiento diario de la importación de productos elaborados para evaluar si la entrada de esas mercancías en el país no perjudica la producción interna.










