La visita del papa Francisco a Brasil para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el primer viaje internacional de su pontificado, podrá alentar la Teología de la Liberación. En los quince discursos y homilías que hará en Rio de Janeiro y en Aparecida (San Pablo), el papa expresará la opción de la Iglesia por la más pobres y la defensa del fin de la desigualdad social, banderas centrales del ala más progresista de la Iglesia que se vio debilitada durante los papados de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
La expectativa del ala más progresista, de la que surgió la Teología de la Liberación hace más de cuatro décadas, es que el papa formalice en sus discursos lo que demostró en sus acciones desde que fue elegido, hace cuatro meses: la propuesta de una Iglesia pobre para los pobres, la realización de reformas éticas y la lucha contra los privilegios, el lujo y la ostentación, marcando un nuevo período en la curia romana.
Religiosos de todo el mundo esperan las declaraciones que hará Francisco en Brasil como una señal del rumbo que seguirá en los próximos años la Iglesia Católica Apostólica Romana. Uno de los principales exponentes de la Teología de la Liberación, Leonardo Boff, dijo que el papa Francisco no es adepto de la escuela teológica, pero defiende sus principales banderas. El papa siempre insistió en la defensa de políticas para quienes están excluidos. Hizo la opción por los pobres, contra la pobreza y la injusticia social, dijo. Asumió las intuiciones básicas de la Teología de la Liberación. Reforzó la iglesia despojada de poder, más cercana al pueblo y llega para reforzar la defensa de las nuevas democracias que surgieron en oposición a la dictadura. Será un contrapunto con los dos papas anteriores, afirmó Boff, que enfrentó problemas dentro de la Iglesia por defender la Teología de la Liberación.
Cardenal argentino, con fuerte misión pastoral en aquel país, el papa Francisco inaugurará la dinastía de papas del tercer mundo, dijo Boff. El papa viene de tradición latinoamericana cuyo trabajo pastoral fue para frica y Asia. Es un papa que no quiere ser visto como una santidad, sino como alguien del pueblo.
Para el sociólogo Ruda Ricci, el papa Francisco podrá dar un soplo de vida a las demandas del ala más progresista de la iglesia. El papa no es de la Teología de la Liberación. Es de centro. Pero tiene un comportamiento más altruista, menos espectacular y más afable. Él cambia el rumbo de la Iglesia católica y la persecución a los desafectados de la Teología de la Liberación, señaló Ricci.
Pero dentro del ala más conservadora de la iglesia hay dudas y resistencias acerca del eventual fortalecimiento de la Teología de la Liberación. Para don Geraldo Majella Agnelo, uno de los cinco cardenales brasileños que participaron de la elección del nuevo papa, no existe esa discusión. No se ve ninguna bandera que pueda ser colocada para ser seguida hacia una transformación. No, no hay nada de eso, dijo.
El pontífice dio señales de que no evitará el contacto popular y afirmó que precisa escuchar la voz de las calles, mostrándose favorable a las movilizaciones. La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil afirmó no estar en contra de las protestas y dijo que no teme que las manifestaciones ofusquen la visita de Francisco. Las protestas a las que asistimos son legítimas y necesarias en la democracia. Las manifestaciones pedían e incluso exigían mejoras en la realidad brasileña, combate a la corrupción, política más transparente, políticas que atiendan las necesidades básicas de los brasileños. Esas reivindicaciones precisan estar siempre por delante de nuestros ojos, y no olvidarlas, afirmó el secretario general de la CNBB, don Leonardo Ulrich Steiner, obispo auxiliar de Brasilia.
En el país con el mayor número de católicos del mundo, con 132 millones de fieles, el papa debe dar señales del camino que tomará la Iglesia Católica Apostólica Romana para frenar la pérdida de fieles, que ganan otras iglesias, como las pentecostales y neopentecostales.