Elon Musk logró una nueva victoria empresarial tras obtener un permiso ambiental que le permite operar libremente con turbinas de gas metano en un centro de datos de xAI, su compañía de inteligencia artificial. El beneficio legal fue concedido por autoridades de salud en el estado de Tennessee, pese a las denuncias de contaminación y la amenaza de demandas por parte de organizaciones civiles.
La medida permite que Musk alimente su supercomputadora "Colossus", instalada en Memphis, con hasta 15 turbinas a gas natural, necesarias para entrenar a su IA generativa Grok. Aunque la empresa asegura que se trata de una solución temporal, ambientalistas alertan que las emisiones ya están afectando a comunidades vulnerables.
Elon Musk ganó más poder en Estados Unidos y expande sus empresas
El Departamento de Salud del Condado de Shelby autorizó a xAI a operar las turbinas dentro del proyecto "PMV" a pesar de que 11 de ellas ya habían superado el plazo legal de 364 días sin el permiso correspondiente.
La Red para la Defensa del Medioambiente del Sur (SELC) y la NAACP (la mayor organización de derechos civiles en EE.UU.) denunciaron que esto podría violar la Ley de Aire Limpio. Ambas entidades ya iniciaron acciones legales para frenar lo que consideran una amenaza directa a la salud pública.
Las críticas apuntan especialmente a que el centro de datos está ubicado en Boxtown, un barrio históricamente afectado por la contaminación industrial. Según estudios locales, allí se registra una de las tasas de asma infantil más altas del país, lo que agudiza la controversia sobre los riesgos ambientales de este proyecto tecnológico.
Qué es xAI y por qué Musk lo considera clave
xAI es la compañía de inteligencia artificial que Elon Musk fundó para competir directamente con OpenAI, Google y Anthropic. Su desarrollo estrella es Grok, un modelo generativo diseñado para integrarse con X (ex Twitter). Para entrenarlo, Musk anunció que construirá uno de los supercomputadores más potentes del mundo, para lo cual necesita grandes volúmenes de energía, lo que dio lugar al uso de las turbinas ahora autorizadas.
Pese a las críticas, Musk defendió públicamente su estrategia energética y afirmó que la operación es legal, temporal y necesaria para el avance tecnológico de Estados Unidos. Sus opositores, sin embargo, acusan al magnate de aprovechar vacíos regulatorios para expandir su poder sin controles ambientales.
Elon Musk fundó su propia ciudad en Texas
Elon Musk logró convertir Boca Chica, Texas, en la ciudad oficial de Starbase, un enclave controlado por SpaceX. La decisión fue aprobada con el 97% de los votos en una elección local, lo que le permite al magnate administrar la zona con reglas propias y expandir su infraestructura espacial sin trabas estatales.
Con este cambio, Musk puede establecer normativas de zonificación, restringir accesos durante lanzamientos y modificar el uso de tierras. Algunos residentes ya fueron advertidos de que podrían perder derechos sobre sus propiedades, generando preocupación por el creciente poder corporativo en esa región de Texas.