En el corazón del "gran y hermoso proyecto de ley" de Donald Trump se esconde una jugada estratégica que podría redefinir la industria de defensa de Estados Unidos.
La iniciativa contempla una inversión de casi 300.000 millones de dólares para modernizar la infraestructura militar, de seguridad nacional y tecnológica del país, destinando una parte significativa a empresas que ya cuentan con una relación estrecha con el gobierno republicano.
Trump y un proyecto clave que impulsará a las empresas de defensa de Silicon Valley
Entre las principales ganadoras destaca Anduril Industries, cofundada por Palmer Luckey y respaldada por Peter Thiel, dos figuras clave del ecosistema tecnológico y aliados del presidente. La compañía será la receptora exclusiva de contratos multimillonarios para torres de vigilancia autónomas, gracias a una disposición legal que limita las adquisiciones a proveedores ya aprobados por Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP).
Según la normativa, más de 6.000 millones de dólares se invertirán en tecnología de seguridad fronteriza, asegurando que las torres "probadas y aceptadas por la CBP" sean las únicas elegibles. Esto consolida a Anduril como el único proveedor oficial, un monopolio de facto que, según fuentes cercanas, ninguna otra empresa ha logrado romper hasta ahora.
Otro gran beneficiado es Palantir Technologies, también cofundado por Peter Thiel, que ha obtenido contratos clave en áreas como inteligencia de datos, migración y seguridad nacional. En abril, la compañía cerró un acuerdo de 30 millones de dólares con ICE para desarrollar ImmigrationOS, una plataforma diseñada para mejorar el seguimiento y las deportaciones de migrantes.
La semana pasada, el Ejército estadounidense consolidó docenas de contratos de Palantir en un solo megacontrato valorado en hasta 10.000 millones de dólares para la próxima década. El crecimiento es tan acelerado que Palantir se ha convertido en la empresa con mejor rendimiento del S&P 500 este año, superando incluso a contratistas históricos como Lockheed Martin.
El plan Golden Dome y la nueva carrera armamentística
Dentro del paquete legislativo también se encuentra el proyecto Golden Dome, que destinará al menos 150.000 millones de dólares para construir un sistema nacional de defensa contra misiles basado en sensores, satélites e inteligencia artificial. Esta inversión abre la puerta a empresas emergentes de defensa y aeroespaciales que compiten con gigantes del sector.
Como señaló Christian Garrett, socio de 137 Ventures: "Con el liderazgo actual en el Pentágono, hay una voluntad real de apoyar a la industria, de apoyar al sector de defensa y de trabajar con empresas no tradicionales".
Silicon Valley se alinea con la agenda de Trump
La apuesta por tecnologías no probadas y la eliminación de burocracia ha atraído a startups, inversores y fabricantes a eventos como la conferencia Reindustrialize en Detroit, donde se reunieron ejecutivos de Meta, OpenAI y Google con altos mandos del ejército y la CIA.
El propio embajador de Trump ante la OTAN, Matt Whitaker, declaró: "Nuestra administración está centrada en... eliminar la burocracia y liberar todo el poder del ingenio estadounidense, desde la inteligencia artificial y la fabricación avanzada hasta la cuántica y el espacio".
Conexiones políticas, beneficios privados y un escenario de competencia global
Exfuncionarios de Anduril y Palantir han sido incorporados al gobierno de Trump en cargos estratégicos, mientras miembros de su administración y familiares mantienen inversiones en estas empresas. Este fenómeno de "puerta giratoria" refuerza el vínculo entre el sector tecnológico y el aparato estatal de defensa.
En palabras del subsecretario de prensa de la Casa Blanca, Taylor Rogers: "Los verdaderos beneficiados... son los estadounidenses comunes, que pagarán menos impuestos y tendrán una frontera segura".
Expertos como Matt Calderone, director financiero de Booz Allen Hamilton, advierten que Estados Unidos está en una carrera tecnológica masiva con China, lo que impulsa a empresas privadas y capital de riesgo a invertir sumas récord en defensa, inteligencia artificial y tecnología espacial.
El panorama es claro: el plan de defensa de Trump no solo fortalece la seguridad nacional, sino que abre un nuevo ciclo de negocios multimillonarios para empresas como Anduril y Palantir, que se posicionan como piezas centrales en la estrategia militar y tecnológica del futuro.