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Una serie de cambios estratégicos en América Latina está despertando atención en los círculos de seguridad internacional. Brasil, Argentina y México, tres de las fuerzas militares más importantes de la región, han reforzado sus capacidades en los últimos años, lo que podría alterar equilibrios tradicionales de poder y proyectar una nueva influencia regional.

Brasil se ha destacado por avanzar en su programa naval con apoyo tecnológico internacional para desarrollar lo que será su primer submarino con propulsión nuclear, un hito que pocas armadas en el mundo han logrado.

Tiembla Estados Unidos: las potencias latinoamericanas que tienen gran influencia militar en el continente

Brasil se posiciona como la principal potencia militar de América Latina y una de las más relevantes a nivel mundial. Cuenta con más de 360,000 efectivos activos y una amplia fuerza de reserva, además de una flota naval robusta. Uno de los puntos más destacados es el avance de su programa de defensa marítima, que incluye el desarrollo de un submarino con propulsión nuclear, una capacidad reservada para un grupo muy reducido de países.

México se ubica entre los primeros puestos de América Latina en poder militar. Sus fuerzas armadas superan los 300,000 efectivos y se destacan por su despliegue territorial, capacidad operativa y estructura logística, lo que lo convierte en uno de los ejércitos más grandes y activos de la región.

México tiene uno de los ejércitos más poderosos de Latinoamérica junto a Brasil y Argentina. Fuente: Archivo.

Argentina, por su parte, mantiene una posición relevante en el ranking militar global. Sus fuerzas armadas cuentan con más de 100,000 soldados activos y una estructura organizada en los ámbitos terrestre, aéreo y naval, con foco en la defensa del territorio y el control estratégico del Atlántico Sur.

¿Por qué esta alianza podría ser un problema para Estados Unidos?

La combinación del poder militar brasileño, el número de efectivos mexicanos y la posición estratégica argentina conforma un bloque con peso propio en América Latina. La futura incorporación de un submarino nuclear por parte de Brasil refuerza aún más esta proyección, especialmente en el plano marítimo y de disuasión.

Este escenario podría traducirse en una mayor influencia regional y en nuevos equilibrios geopolíticos, en un contexto donde Estados Unidos sigue de cerca cualquier cambio que pueda alterar la dinámica de poder en el continente. En los próximos años, el rol de Brasil, Argentina y México será clave en la agenda de seguridad hemisférica.