La rivalidad entre Donald Trump y Nicolás Maduro alcanzó un nuevo punto crítico tras dos episodios recientes que refuerzan el clima de tensión militar en el Caribe.
Tensión en el Caribe: llegan aviones F-35 estadounidenses a Puerto Rico
Cinco aviones furtivos F-35 llegaron a Puerto Rico como parte del despliegue militar ordenado por Trump desde agosto de 2025. Aunque Washington afirma que la medida busca frenar el narcotráfico en la región, el arribo de estas aeronaves de última generación -capaces de evadir radares y superar sin dificultad a los F-16 de Venezuela- disparó las alarmas en Caracas.
Imágenes difundidas por Reuters muestran el aterrizaje de los cazas en la antigua base de Roosevelt Roads, en Ceiba. Según fuentes citadas por Associated Press, el Pentágono planea extender el despliegue a diez aeronaves, consolidando una presencia militar inédita en la isla caribeña.
La respuesta de Venezuela al despliegue militar estadounidense
El gobierno de Maduro denunció que un destructor estadounidense interceptó y retuvo durante ocho horas a un barco pesquero venezolano. El canciller Yván Gil calificó la operación como un "acto hostil e ilegal" y advirtió que se trata de una escalada bélica que pone en riesgo la estabilidad regional.
"El día de ayer una embarcación atunera venezolana fue de manera hostil abordada por una unidad de la Marina de Guerra de los Estados Unidos, un navío equipado con misiles y armas de alto poder", señaló Gil en un comunicado oficial.
Estados Unidos apuesta por una estrategia más amplia
Aunque el Pentágono insiste en que "no hay cambios en la postura de nuestras fuerzas", el refuerzo militar coincide con la oferta de 50 millones de dólares de recompensa por la captura de Nicolás Maduro. Para Caracas, el movimiento estadounidense busca legitimar un escenario de confrontación directa.
En paralelo, ocho buques de guerra y un submarino nuclear permanecen desplegados frente a las costas venezolanas. Días atrás, un ataque contra una embarcación procedente de Venezuela dejó 11 muertos, en el primer operativo letal de estas características desde el inicio de la ofensiva ordenada por Trump.
¿Invasión o disuasión?
Mientras Washington sostiene que su presencia en el Caribe tiene como objetivo principal combatir a los cárteles de la droga, la narrativa venezolana lo interpreta como una maniobra de presión política contra el Gobierno de Maduro.
El Caribe se posiciona así como un escenario clave en la disputa geopolítica, donde cada movimiento militar alimenta la incertidumbre sobre el rumbo de las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela.