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Una empresa estadounidense está desarrollando un avión colosal de 108 metros de largo que promete transformar el futuro del transporte de energía eólica.
Se trata del WindRunner, una aeronave diseñada por Radia, con sede en Colorado, que busca resolver uno de los mayores desafíos logísticos del sector: mover palas de turbinas gigantes hasta los parques eólicos sin depender de carreteras o puertos.
El WindRunner podría convertirse en un punto de inflexión para la transición energética global, combinando innovación aeronáutica con eficiencia ambiental.
WindRunner: una solución para un problema imposible
Mover por tierra una pala eólica de más de 100 metros implica un desafío casi insalvable: caminos angostos, puentes bajos y curvas cerradas hacen que cada traslado sea una operación costosa y riesgosa.

Frente a esa realidad, Radia ideó una alternativa radical: construir el avión más grande del planeta, capaz de transportar por aire las piezas más voluminosas de una turbina directamente hasta el lugar donde se instalarán.
El proyecto —que se encuentra en etapa avanzada de diseño— apunta a revolucionar la forma en que se construyen los parques eólicos terrestres. Según la compañía, el primer vuelo de prueba está previsto para finales de 2029, y su lanzamiento comercial podría concretarse en 2031, una vez que obtenga la certificación de la Administración Federal de Aviación (FAA).
Cuáles son las características del WindRunner
El WindRunner será una máquina sin precedentes:
- 108 metros de longitud y 80 metros de envergadura, más grande que un Boeing 747.
- Cuatro motores de alto empuje y capacidad de aterrizar en pistas de tierra de solo 1,8 km.
- Espacio suficiente para cargar palas eólicas de hasta 105 metros o varias piezas medianas en un solo vuelo.
Fabricado principalmente en aluminio de alta resistencia, el fuselaje fue diseñado para soportar aterrizajes en terrenos no pavimentados. Las alas rectas, más típicas de una avioneta que de un avión comercial, permiten velocidades de aterrizaje bajas y operaciones en entornos rurales.
El motor del proyecto: “La energía eólica necesita pensar en grande”
El fundador y CEO de Radia, Mark Lundstrom, explicó que el proyecto busca romper un límite histórico: “La energía eólica está estancada si no encontramos una forma viable de transportar piezas gigantes por aire”.
Lundstrom sostiene que las nuevas turbinas de 10 megavatios —más grandes y potentes— son esenciales para generar energía limpia a menor costo, pero su tamaño vuelve el transporte terrestre prácticamente inviable.
Un estudio encargado por la empresa demostró que esas turbinas podrían mejorar la eficiencia un 20%, reduciendo los costos eléctricos y las emisiones de carbono.

El proyecto cuenta con asesores de alto perfil, entre ellos el exsecretario de Energía de Estados Unidos, Ernest Moniz y el ex primer ministro australiano Malcolm Turnbull. Radia confirmó que ya tiene acuerdos con proveedores clave y que la inversión total ascenderá a miles de millones de dólares, parte financiada con programas gubernamentales de innovación y energía limpia.
Además, el WindRunner podría usarse para operaciones militares de carga pesada, ampliando su potencial comercial y tecnológico.
Llega una nueva era para la energía renovable
El WindRunner representa mucho más que un logro de ingeniería: simboliza la convergencia entre aviación, innovación y sostenibilidad. Si logra cumplir sus plazos, marcará el comienzo de una nueva etapa para la energía eólica terrestre, permitiendo instalar turbinas más potentes en zonas remotas y a un costo menor.
Como resume su creador:
“El futuro de la energía no solo depende del viento, sino de nuestra capacidad para moverlo”.













