La Organización Panamericana de la Salud (OPS) lanzó recientemente un importante comunicado e involucra de manera directa a México y Estados Unidos tras conocerse el pronóstico de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), que anticipó una temporada de huracanes "por encima de lo normal".
El comunicado está dirigido a países americanos con costas en el océano Atlántico y pide a las naciones revisar los planes de contingencia y activar medidas preventivas para que los sistemas de salud se encuentren preparados para posibles "huracanes, tormentas, inundaciones y otros eventos meteorológicos extremos".
Autoridades anticipan un posible desastre climático y piden precaución
De acuerdo con las proyecciones compartidas por la NOAA, para esta temporada de huracanes se pronostica un 60% de probabilidad de un período por encima de los normal.
Las autoridades esperan entre 13 y 19 tormentas con nombre y vientos de 62 kilómetros por hora o más. "De estas, se espera que entre 6 y 10 se conviertan en huracanes (con vientos de al menos 119 km/h), incluidos entre 3 y 5 huracanes mayores (categorías 3, 4 o 5, con vientos de más de 179 km/h)", especifica el comunicado.
En este sentido, se trata de una proyección alarmante, pues en comparación, la temporada 2024 incluyó 18 tormentas con nombre -7 tropicales- y 11 huracanes de los cuales 5 tuvieron gran intensidad. "Fue altamente destructiva y causó algunas de las mayores pérdidas económicas registradas", señaló la OPS.
La advertencia de las autoridades para Estados Unidos, México y todos los países afectados
"Los eventos hidrometeorológicos extremos, como los huracanes, las lluvias torrenciales y las inundaciones y deslizamientos que provocan, son una amenaza constante para la región, ya que generan lesiones, pérdidas de vidas humanas y colapsan los sistemas de salud", afirmó Leonardo Hernández, jefe de Operaciones de Emergencia de la OPS.
"Activar medidas preventivas para proteger a las personas y la infraestructura sanitaria antes de un evento climático extremo es fundamental para reducir su impacto, especialmente en las comunidades más vulnerables", añadió el experto.
Asimismo, se explica que las consecuencias de este tipo de eventos no se limitan al daño físico y de infraestructura, sino también a la vialidad y la disponibilidad de servicios esenciales.
"Las consecuencias para la salud de estos eventos también incluyen un aumento del riesgo de enfermedades transmitidas por el agua, como la diarrea o el cólera; enfermedades transmitidas por vectores, como dengue y chikunguña; y enfermedades respiratorias, entre otras", detallan los expertos.
En este marco y con el fin de apoyar a los países de las Américas en sus planes de prevención para esta temporada, se realizará una reunión virtual de preparación con representantes de ministerios de Salud y agencias de protección civil el 10 de junio.