

El dólar estadounidense dejó de ser la moneda principal para operaciones internacionales en 11 naciones y hay un país latinoamericano que busca seguir el mismo camino. Abandonar el uso de esta moneda en transacciones comerciales se lo conoce como "desdolarización" y representa ciertos peligros tanto para Trump, como para la economía global.
Muchos de ellos son países que pertenecen a la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Esta práctica de abandonar el uso del dólar cobró impulso tras las sanciones impuestas de Estados Unidos a Rusia en 2022.
Se despide el dólar: un nuevo país quiere abandonar el dólar estadounidense y ya serían 12
En los últimos meses, las naciones miembro de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) prohibieron la utilización del dólar en operaciones internacionales. Entre ellas se encuentran Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Ucrania.
Actualmente, más del 85 % de sus operaciones transfronterizas se realizan en monedas locales, lo que fortalece sus divisas, reduce la exposición a sanciones internacionales y diversifica las reservas financieras con activos como el oro.

En América Latina, Uruguay comenzó a aplicar medidas para reducir la dependencia del dólar en su economía. El Banco Central dispuso mayores exigencias de capital a los bancos que otorguen préstamos en dólares a empresas que no exportan, eliminó beneficios fiscales vinculados a inversiones externas y promueve cuentas en pesos con rentabilidades competitivas.
Además, se estudia exigir que, al abrir una cuenta en dólares, los clientes firmen un consentimiento expreso reconociendo el riesgo de perder poder adquisitivo frente a la moneda local. Con la inflación controlada en torno al 4,2 % y dentro del rango meta oficial, el gobierno uruguayo considera que es el momento oportuno para fortalecer el uso del peso como referencia principal de precios y ahorros.
¿Qué significa la desdolarización para la economía global?
Reduce la influencia del dólar como moneda de referencia internacional.
Abre espacio para nuevos mercados basados en divisas locales.
Brinda mayor estabilidad frente a la volatilidad del dólar.
Puede debilitar al dólar si disminuye la demanda en transacciones internacionales.
La creciente desdolarización representa un desafío directo a la supremacía de la moneda estadounidense. Si más economías emergentes avanzan en esta dirección, el escenario global podría transformarse y darle un lugar protagónico a las divisas locales frente al histórico dominio del dólar.















