JPMorgan Chase ha confirmado un cambio de gran impacto en el ecosistema financiero digital: comenzará a cobrar comisiones a plataformas como PayPal, Venmo, Coinbase y otrasbilleteras virtuales por acceder a los datos bancarios de sus usuarios.
Hasta ahora, este acceso era gratuito y permitía a las fintech ofrecer servicios financieros ágiles y conectados. Pero según reportó Bloomberg, la gratuidad llegó a su fin.
La decisión busca reforzar la seguridad, privacidad y control de la información bancaria. JPMorgan argumenta que ha invertido significativamente en infraestructura tecnológica y ciberseguridad para proteger los datos de sus más de 80 millones de clientes, por lo que ahora exigirá que las empresas tecnológicas asuman parte de ese costo.
Nueva normativa de JP Morgan: ¿Qué cambia a partir de ahora?
Las plataformas fintech que deseen continuar accediendo a los datos bancarios de los clientes de JPMorgan -como saldos, movimientos y números de cuenta- deberán pagar una comisión, lo que marcaría un precedente en Estados Unidos. Se estima que esta nueva política podría representar cientos de millones de dólares en ingresos para el banco.
¿Cómo afecta la nueva comisión de JP Morgan a los usuarios y empresas?
Este giro en la política de JPMorgan tendrá consecuencias tanto para los usuarios como para las empresas tecnológicas:
Para las fintechs: representa un incremento en los costos operativos. Algunas podrían trasladar ese costo a los clientes, mientras que otras modificarían sus servicios o funcionalidades para mantenerse competitivas.
Para los usuarios: aunque la medida puede mejorar la seguridad y el control de datos, también podría derivar en restricciones de uso, nuevas condiciones o cambios en la experiencia dentro de apps como Venmo o PayPal.
Para el sistema financiero: otros bancos podrían seguir el ejemplo de JPMorgan, dando lugar a una nueva etapa donde el acceso a datos financieros ya no sea gratuito, y donde el control de la información bancaria pase de las fintech a los bancos tradicionales.
JPMorgan, al ser el banco más grande de EE.UU., podría estar marcando el camino para una nueva era de regulación económica de la información bancaria.