El Seguro Social es una fuente fundamental de ingresos para muchos estadounidenses, especialmente para aquellos que están jubilados. Sin él, millones de personas se enfrentarían a importantes dificultades financieras.
Un estudio realizado por el Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas destaca la importancia de este programa, mostrando que solo en 2022, el Seguro Social elevó a aproximadamente 22.7 millones de personas por encima de la línea federal de pobreza. De estos, alrededor de 16,5 millones eran personas mayores de 65 años.
Las encuestas realizadas por Gallup en las últimas dos décadas reflejan la importancia del programa para los jubilados, ya que entre el 80% y el 90% de los encuestados afirman que dependen del Seguro Social para cubrir al menos algunos de sus gastos de vida.
¿Corren peligro los fondos para los jubilados?
Cada año, los Fideicomisarios del Seguro Social evalúan la estabilidad financiera del programa. Desde su creación en 1940, este análisis ha ayudado a garantizar su sostenibilidad. Sin embargo, a pesar de reformas en 1983, el programa ahora enfrenta un déficit creciente. Las reservas combinadas de los fondos fiduciarios del Seguro de Vejez y Sobrevivientes (OASI) y del Seguro de Discapacidad (DI), que alcanzaron un máximo de 2.908 billones de dólares en 2020, han disminuido constantemente en los últimos años.
Los fideicomisarios predicen un déficit de financiación de 23,2 billones de dólares en los próximos 75 años. Aunque esto no significa que el programa se volverá insolvente, indica que el actual esquema de beneficios, incluidos los ajustes anuales por costo de vida (COLA), será insostenible sin cambios. La preocupación más inmediata es el agotamiento de las reservas de activos de la OASI, que podría ocurrir en 2033.
La OASI brinda beneficios mensuales a más de 51 millones de jubilados y 5.8 millones de beneficiarios sobrevivientes. Aunque el impuesto sobre la nómina del 12.4% continuará generando ingresos, mantener los niveles actuales de beneficios requeriría recortes de hasta el 21%. Suponiendo un COLA promedio del 2.6% hasta 2033, una reducción del 21% podría significar que los jubilados verían caer sus ingresos anuales en más de USD 6,000.
La razón por la que podrían terminar los cheque del Seguro Social
Uno de los principales problemas es la jubilación de la generación del baby boom, lo que ha alterado la proporción de trabajadores por beneficiario. Además, el aumento de la esperanza de vida ha exacerbado la presión sobre el sistema. Cuando se introdujo la Seguridad Social, la esperanza de vida era de alrededor de 63 años; ahora, se sitúa en 76,3 años. Esto significa que el programa debe apoyar a los jubilados por períodos más largos de lo planeado originalmente.
Otros factores incluyen la disminución de la inmigración y una baja tasa de fertilidad en EE. UU. La inmigración legal se ha reducido a la mitad desde 1998, lo que significa menos trabajadores contribuyendo al impuesto sobre la nómina. Mientras tanto, una mayor parte de los ingresos está exenta del impuesto sobre la nómina debido al límite de ingresos.
La única manera de que no se terminen los fondos del Seguro Social
A pesar de los desafíos, existen soluciones, aunque son políticamente complicadas. Tanto los demócratas como los republicanos han propuesto reformas, pero con enfoques distintos:
Demócratas: proponen aumentar el impuesto sobre la nómina a los que más ganan, sugiriendo reintroducir el impuesto sobre los ingresos superiores a USD 400,000. Esto generaría ingresos adicionales sin aumentar los beneficios para quienes pagan más.
Republicanos: defienden aumentar la edad plena de jubilación para reducir costos futuros. Esto no afectaría a los jubilados actuales, pero reduciría los beneficios de por vida para los futuros beneficiarios.
Sin una acción inmediata, millones de jubilados podrían enfrentar recortes en sus beneficios. La solución dependerá de la voluntad política para implementar reformas necesarias y garantizar la estabilidad financiera del Seguro Social en el futuro.