En esta noticia
La vasculitis es un grupo de enfermedades que causan la inflamación de los vasos sanguíneos, lo que puede afectar el flujo sanguíneo y provocar daños en los órganos. Según la información compartida por Mayo Clinic, esta condición puede ser causada por infecciones, reacciones a medicamentos o enfermedades autoinmunitarias.
Existen diferentes tipos de vasculitis, cada uno con sus propias características y síntomas. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para manejar la enfermedad y prevenir complicaciones graves.
¿Cuáles son los síntomas de la vasculitis?
Los signos y síntomas generales de la mayoría de los tipos de vasculitis incluyen los siguientes:
- Fiebre
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- Pérdida de peso
- Molestias y dolores generales
Otros signos y síntomas se relacionan con las partes del cuerpo afectadas y abarcan los siguientes:
- Aparato digestivo. Si el estómago o los intestinos están afectados, quizás sientas dolor después de comer. Es posible que se produzcan úlceras o perforaciones y, como consecuencia, que haya sangre en las heces.
- Oídos. Es posible que sufras mareos, zumbidos en los oídos y pérdida auditiva abrupta.
- Ojos. La vasculitis puede provocar que los ojos se vean rojos, piquen o ardan. La arteritis de células gigantes puede provocar visión doble y pérdida temporal o permanente de la visión en uno o ambos ojos. A veces este es el primer signo de la enfermedad.
- Manos o pies. Algunos tipos de vasculitis pueden causar entumecimiento o debilidad en una mano o en un pie. Las palmas de las manos y las plantas de los pies pueden hincharse o endurecerse.
- Pulmones. Es posible que te falte el aire o incluso tosas sangre si la vasculitis afecta los pulmones.
- Piel. El sangrado debajo de la piel puede verse como manchas rojas. La vasculitis también puede provocar protuberancias o llagas abiertas en la piel.
Cuándo debes consultar a un médico
Programa una cita con el médico si tienes signos o síntomas que te preocupan. Algunos tipos de vasculitis pueden empeorar rápidamente, por lo que el diagnóstico temprano es clave para obtener un tratamiento eficaz.
¿Cómo saber si una persona tiene vasculitis?
El diagnóstico de vasculitis comienza con una revisión de los antecedentes médicos del paciente y una exploración física. El médico puede solicitar diversas pruebas y procedimientos para descartar otras enfermedades y confirmar la presencia de vasculitis. Entre estas pruebas se incluyen análisis de sangre que buscan signos de inflamación y anticuerpos específicos, así como pruebas por imágenes que permiten visualizar los vasos sanguíneos y órganos afectados.
Además, se pueden realizar radiografías de los vasos sanguíneos mediante angiografía, donde se inyecta un tinte de contraste para observar los contornos de los vasos. En algunos casos, se puede llevar a cabo una biopsia para extraer y examinar una muestra de tejido de la zona afectada, lo que ayuda a identificar signos de vasculitis de manera más precisa.
¿Cómo tratar la vasculitis?
Para tratar la vasculitis, es fundamental controlar la inflamación y abordar cualquier afección subyacente que la esté provocando. Esto puede incluir la administración de medicamentos antiinflamatorios y el seguimiento de un plan de tratamiento adaptado a las necesidades del paciente.
Los corticoesteroides, como la prednisona, son comúnmente recetados para manejar la inflamación. Sin embargo, es importante tener en cuenta los posibles efectos secundarios, como aumento de peso y debilitamiento óseo, especialmente si se requieren dosis a largo plazo.
En algunos casos, se pueden utilizar otros medicamentos para complementar el tratamiento con corticoesteroides y permitir una reducción más rápida de la dosis. La elección del medicamento dependerá del tipo y gravedad de la vasculitis, así como de la salud general del paciente.